Desde el este de Europa, presuntamente desde 1940 cuando azotaba al mundo la Segunda Guerra Mundial, actualmente se encuentra en un domicilio en la ciudad de Torreón, Coahuila, una pieza que afirma la coleccionista de antigüedades, Carmen Serdano, se trata de un quepí de las filas del ejército rojo, de la Unión Soviética.
El quepí, es un tipo de gorro utilizado mayormente por los militares, el primero registrado apareció por primera vez utilizado por los Franceses durante la ocupación de Argelia en 1830, fue una alternativa al pesado sombrero llamado Chacó.
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La señora Carmen Serdano, cuenta con más de 30 años de voluntaria en la Casa del Anciano “Dr. Samuel Silva” de Torreón, es apasionada por las antigüedades, por tanto, de vez en cuando regresa a su natal CDMX para visitar los mercados y tianguis, y así añadir piezas para hacer crecer su colección, así fue como se hizo de los quepis, hace 38 años.
“Esos los compré en México en el tianguis de la Lagunilla, hace 38 años, como yo soy de allá, cada vez que voy me gusta ir a buscar cosas para mis colecciones y los encontré, y como tengo dos hijos hombres, dije pues, uno para cada uno, pero a ellos no les llamo mucho la atención, pero yo los conservo por que son que son cosas muy valiosas para los coleccionistas y para lo que su momento fue Rusia”, agregó Carmen Serdano.
Muchas veces en este tipo de mercados ambulantes, las condiciones en las que encuentras las piezas no son óptimas, debido al paso del tiempo y el descuido, o por qué son alterados de alguna manera, esto se debe al desconocimiento de los vendedores por la historia de las piezas, ya que comúnmente obtienen su mercancía en las llamadas 'pacas', bolsas que venden con variedad de objetos, mayormente extranjeros.
“En la Lagunilla hay tantos puestos y tantas cosas, como a ellos lo que les interesa es vender, así como les llega a sus manos lo venden, no se interesan mucho en la historia, uno que otro si te dice 'esto y lo otro', pero la mayoría casi no. Muchas cosas que tengo son de allá, entonces ya conozco yo bien la lagunilla, Tepito, donde encuentras antigüedades cómo está”, añadió la coleccionista.
La entrevistada comentó que aprecia este tipo de objetos por toda la historia que cuentan, gusta de imaginar quien atesoro los objetos antes de que ella se convirtiera en su guardián.
“Son unos qupis de soldados rusos, que no tenían los pin's, sino que la persona que los tenía yo creo los fue comprando y fue poniéndoselos por qué no eran así, y además pesan mucho (…) y yo los conservó, por qué me gusta verlos, tocarlos, me imagino todo lo que pasaron para llegar aquí, o a quien pertenecieron, no sé cómo fueron a dar a la Lagunilla y luego a mis manos”, refirió Carmen Serdano.
ARG