El director de Librerías El Sótano, Rodrigo López, aseguró que tras la contingencia sanitaria por el covid-19, los libros podrían convertirse en un lujo para ciertos sectores de la población, “pero muchos otros tendrán a la lectura como una necesidad básica”.
Al participar en la segunda sesión del ciclo Conversaciones para hacer que los libros se vean, coordinado por Metabooks México, el librero manifestó su preocupación por lo que suceda con las librerías cuando concluya el confinamiento, siendo además “el eslabón más frágil de la cadena del libro”.
“En muchos países, no sólo en los desarrollados, la cámara editorial siempre va de la mano con la librera. Aquí, siento que, por el cambio en el mercado que se dio hace algunos años, las editoriales olvidaron que su principal canal de distribución somos las librerías, se fueron a atender a grandes superficies, a cadenas de supermercados y olvidaron un poco a las librerías”.
Si bien esa fue una decisión que les sirvió, en especial para la venta de los bestsellers y de las novedades, el catálogo se vende en las librerías, a lo que habría que sumar el hecho de que también se han estado acercando directamente a las escuelas “y creo que eso nos perjudica mucho a nosotros e, indirectamente a ellos”.
“Lectores y libreros tenemos que ser aliados e ir de la mano, pero también tenemos que diversificarnos y hacer nuevas redes; una alianza natural es con cafeterías y restaurantes, pero también estamos buscando la manera de acercarnos a consultorios médicos, queremos llegar a tiendas de autoservicio, porque nuestra tirada es crecer en los puntos de venta, porque la lectura es esencial para muchas personas en este país”.
Librerías: renovarse es la meta
Durante la conversación, guiada por Adriana Ortega, Directora de Ventas y Mercadotecnia de Metabooks México, Rodrigo López reconoció que, desde antes de la pandemia, las librerías físicas tenían que entrar a un proceso de cambio, de renovación, sobre todo porque el libro ha estado muy amenazado, como desde hace mucho no lo estaba.
“Cuentan que cuando salió el cine, la televisión y la radio, siempre se creía que ya nadie iba a leer, pero el libro ha comprobado que tiene la tecnología perfecta y los que tenemos que cambiar somos los libreros y las librerías, más que el libro. El libro nunca va a desaparecer.
“No teníamos un plan, nadie esperaba esto, al menos los de a pie, pero ya cuando se veía venir el cierre de comercios empezamos a ver de qué manera íbamos a contrarrestar esta baja en ventas que se ha dado en todos los comercios, menos en algunas plataformas. Nosotros tenemos que renovarnos, sin embargo, la corriente actual llama a volver a lo básico”.
La pandemia llegó en mal momento a todos, a decir del director de Librerías El Sótano, que estaba vendiendo casi dos dígitos más con respecto al año pasado, por lo cual tiene la esperanza de recuperarse más pronto de lo que se piensa.
vmb