La historia original es una narración “culta y fina” del siglo XII, “es un relato persa de Nizami Ganjavi al que, hasta nuestros días, se le ha dado distintos tratamientos”, cuenta en entrevista la dramaturga Ximena Escalante, quien revisita esta obra clásica, de la que surge La verdadera historia de la princesa Turandot.
Con un concepto multidisciplinario, en el que se combina la ópera, la danza, la música y el teatro, la dramaturga dice que la idea era alejarse de la versión más conocida, que es la ópera de Puccini. En ese sentido, lo que se buscó fue volver a los orígenes, respetando y haciendo una evocación al lenguaje original del texto.
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“Sobre esa premisa, sobre esa trama pura de la princesa, yo hice mi propia versión. Es un doble atentado decir que es la verdadera historia, pero sí está inspirada en el relato original y yo estoy haciendo mi versión, como la que hicieron muchos otros autores a lo largo de la historia”.
Turandot es una mujer que va en contra de las normas sociales de su época, “un arquetipo de mujer diferente, que se rebela ante su familia, al estatus social, a su sociedad, y lo que es bellísimo de la princesa Turandot es que aunque rompe estos paradigmas, rebelándose a ser una princesa y cumplir con lo que se exige: ser bella, bonita, perfecta, casarse con un príncipe, etcétera, al rebelarse de todo eso, decide encerrarse, cuidarse y conocerse a sí misma, y una vez que pasa eso encuentra el amor, entonces es una historia feliz”.
Rompiendo paradigmas
A Ximena Escalente le ha interesado adentrarse, a lo largo de su carrera, en personajes femeninos mitológicos. “¿Por qué me interesa revisar estos arquetipos?” —se cuestiona y responde—: “Porque en mi opinión los mitos no están muertos, están vivos; es decir, la característica de un mito es que está sucediendo en todo momento y por eso nos seducen y nos atraen”.
Para la dramaturga es innegable que han existido “muchas Turandot” en todos los tiempos, pero hasta que apareció este relato persa fueron representadas.
“Este relato persa fue un salto a los paradigmas poéticos, morales y religiosos de su tiempo, bestial. El personaje de Turandot existe en todos los tiempos, pero siempre de una manera castigada. En el tiempo presente, las mujeres estamos cambiando estos paradigmas, ya no de manera individual encerradas en una torre sino en conjunto, socialmente, y estamos entendiendo que no tenemos que pagar precios por conquistar los derechos que todo ser humano tiene, independientemente de su género. Esta historia habla de todo ello”.
Para ella este tipo de personajes son arquetipos rebeldes que, más que pagar un alto precio, luchan por ser quien quieren ser, por romper los paradigmas que tengan que romper.
“En todo caso, si hay que pagar un precio que sea uno que valga la pena, que sea un buen precio, que se consiga lo que uno quiere. Es un personaje mítico muy luminoso, muy positivo, que lejos de arrastrarnos a una tragedia nos lleva hacia el lugar más luminoso de un héroe. Eso me atrajo muchísimo”.
La verdadera historia de la princesa Turandot está dirigida por Kaveh Parmas, con Daniela Momo, Raúl Román, Manuel Mejía y el mismo director sobre el escenario. La obra se escenificará del 1 al 25 de febrero en el Teatro Salvador Novo del Centro Nacional de las Artes, los jueves y viernes a las 20:00 horas, los sábados a las 19:00 y los domingos a las 18:00 horas.
PCL