Umberto Eco nació en Alessandria, Italia, el 5 de enero de 1932. Era escritor, filósofo y profesor universitario.
Su producción literaria y sus escritos sobre semiótica le valieron su reputación, pero la fama, quizá, se la debe al longseller El nombre de la rosa, publicada en 1980 y adaptada al cine bajo la dirección de Jean-Jacques Annaud en 1986.
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Para recordarlo, reunimos diez de sus frases más brillantes.
- ¿Qué es lo que busca la cultura? Hacer comprensible el infinito.
- La gente está cansada de las cosas sencillas: quieren algo que sea un reto.
- Todos tenemos un límite, un límite desalentador y humillante: la muerte.
- La función de la memoria no es sólo preservar, sino también deshacerse de cosas. Si recordarás todo lo que ha sucedido en tu vida, te enfermarías.
- Un sueño es un escrito, y muchos escritos no son otra cosa sino sueños.
- Nada le da más valor a una persona temerosa que el temor de otra persona.
- He perdido de la libertad que da no tener una opinión.
- Tú morirás, pero la mayor parte de lo que has acumulado no se perderá: estás dejando un mensaje en una botella.
- Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas.
- La belleza es aburrida porque es predecible.
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