Dahlia de la Cerda, una escritora que rompe reglas en la literatura mexicana; "voy a sacar toda esta rabia escribiendo"

Dahlia de la Cerda presenta Desde los zulos , que reflexiona sobre el racismo, el clasismo y la transfobia en el feminismo.

Dahlia de la Cerda | Araceli López
Ciudad de México /

La escritora Dahlia de la Cerda (Aguascalientes, 1985) estaba harta. La pasaba mal y mejor se puso a escribir para salir de pobre, bueno, eso pensaba.

Estaba en una época muy turbia de mi vida en todos los sentidos: económicamente, emocionalmente y yo decía: ‘Voy a sacar toda esta rabia escribiendo y voy a mandar un texto a un premio, voy a ganar y me va a sacar de pobre’. Pero no gané, lloré, y me sentí totalmente fracasada”.

Dahlia de la Cerda vive en Aguascalientes. Estudió Filosofía pero ha trabajado en un call-center, un bar y vendiendo ropa usada, hasta que decidió dejarlo todo y dedicarse a las letras a pesar de que se ha enfrentado a muchos problemas, sobre todo en las redes sociales.

El texto que le abrió las puertas fue “Separatismo: La mayonesa feminista”, publicado en la revista Tierra adentro.

“Se hizo viral y en el tiempo en que más me odiaban las feministas. Ha habido épocas en que me dejan en paz, pero luego se vuelven a enganchar conmigo y fue un dolor de cabeza porque ese texto lo leyó y compartió un montón de personas. Me sirvió para que la gente me conociera pero muchos me odiaron (risas)”.
Dahlia de la Cerda | Araceli López

Entonces la editora Gabriela Jáuregui la buscó para la recopilación Tsunami 2 y le mandó el texto “Feminismo sin cuarto propio”, que se publicó en Sexto Piso. Eduardo Rabasa, director de la editorial, vio su talento y le publicó dos libros: Perras de reserva y recientemente Desde los zulos.

“Abrir cabezas”

“Comencé con una columna en Sexto Piso para que la gente me fuera conociendo, pero yo no sabía sí hacerlo o no porque cada que escribo algo con críticas sobre el feminismo no lo reciben tan bien. Sí había personas que me decían: ‘me volaste la cabeza’, pero otras me acusaban de potencial feminicida y exigían que no me dieran espacio, o sea, las feministas, que se la pasan diciendo que no hay que callar a las mujeres y hay que escucharlas, me querían silenciar y que me metieran a la cárcel”.

Entonces, la escritora comenzó la columna “Desde los zulos” en Reporte SP, donde comienza a contar su vida pero siempre se le atravesaba algún otro tema.

“La marcha del 8 marzo en Aguascalientes o cualquier cosa, y yo ahí escribía textos que había dicho que no iba a escribir y me metía en problemas (risas), pero es que ya estaba bien empoderada porque a Perras de reserva le estaba yendo bien y como dice el rapero: ‘a está altura no me tumban’, ya no me van a hacer el mismo daño de antes, perras”.

De la Cerda aceptó publicar Desde los zulos con 12 textos, después de que Rabasa le comentó que “abriría muchas cabezas”.

“Yo sí quería incluir todos los textos que había escrito en algún momento sobre feminismo, aunque ya no me identificara tanto con ellos, para que se viera la evolución de pensamiento y de que todas podemos estar, en un momento, en un lugar y luego reflexionar escuchando a otras y trasladarse. Sobre todo quería visibilizar a autoras que han marcado mi camino teórico y práctico en el feminismo”.

Morra chida

La escritora es una morra chida, aseguran sus fans. Es divertida, no se calla nada, sonríe, provoca, es un desmadre, como ella dice. Usa calcetas y botas negras, y es cofundadora y codirectora de la colectiva feminista Morras Help Morras. Habla sin parar en dos pódcast: “Escribe como morra” y “Morras vs. fundamentalismos”.

“Yo estudié filosofía y sí fui mucho tiempo muy mamadora (risas), a lo mejor porque era gótica, pero también era muy loco porque yo venía de juntarme en el barrio y de bailar con los cholos. Pero un día me di cuenta de la realidad y pensé ‘me gustaría explicar las cosas de forma sencilla’ y empecé a reflexionar sobre mi vida cotidiana a partir de conversar con otras personas. En la sabiduría popular encontré las analogías que necesitaba para aterrizar lo que estaba leyendo en la teoría. Es como una mezcla de vivir entre dos mundos”.
Dahlia de la Cerda | Araceli López

La autora tiene espíritu punk, por eso dice: “Yo no quiero escribir cosas que extraes del conocimiento popular y que luego trasladas con palabras mamonas al conocimiento autorizado, cobras carísimo por eso y lo haces inaccesible para las personas, para las que debería de generar reflexión, que es la propia gente que vive esta situación, y creo que más o menos lo logré”.

Aun así, De la Cerda piensa que su familia va a desheredarla cuando lea su nuevo libro.

“Espero que no lo lean nunca y no se enteren. Mis sobrinillas ya traen otro chip y a lo mejor a ellas sí les da curiosidad leerme y van a ir de chismosas con la familia. Pero de todas formas mi familia nunca confió en mí, siempre le decían a mi mamá que acabaría de artista vendiendo jarritos en la carretera rumbo a la playa, que hubiera estado chido, pero les callé la boca”.

Debido al interés por la obra y el trabajo de De la Cerda, Sexto Piso organizó una gira de presentaciones por el país, sí, como rockstar, para que conviva con sus fans (y los que no lo son).

“Yo sí escribo como un acto comunitario. Para mí, escribir es establecer diálogos con otras personas, resonar, espejearme, aprender y encontrarme en comunidad. Espero que mis palabras lleguen y la gente se refleje en ellas, que entienda estas experiencias y empatice con mis experiencias porque entonces podré decir ¡ya gané!”

DAG

  • Vicente Gutiérrez
  • vicente.gutierrez@milenio.com
  • Periodista desde hace 25 años y especialista en temas culturales, la industria del entretenimiento y cinematográfica. Por su experiencia y conocimiento, también ha participado en temas de política y de negocios. Es reportero de cultura en Milenio y locutor en “La Taquilla”, programa de Radio Fórmula 104.1 FM.

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