Una de los mejores emisiones de Cambios en los 30 años que duró el programa en su primera etapa -1992 a 2019- fue sin duda el realizado el 20 de septiembre de 1996, con motivo del 400 Aniversario de la Fundación de Monterrey.
Cuatrocientos niños (as) nacidos a partir del 1 de enero de 1996, fueron seleccionados para obtener una beca en el año 2012 al ingresar a su educación media superior.
Una de las niñas que ganaron la beca fue Madely Mata Gómez, ahora de 26 años, cellista profesional, egresada de TecMilenio y con tres carreras en la Facultad de Música de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), y que recientemente ya debutó como solista y participó en el 15 aniversario del Festival Internacional de Santa Lucía, en el recital sinfónico que ofreció el grupo Bronco.
Madely, ¿cómo nació su vocación por la música?
En mi familia casi todos son músicos, empezando por mi abuelo, Ricardo Gómez Chavarría. Él nos daba clases a nosotras desde los dos años, ya teníamos el violín desde los dos. A partir de ahí seguimos: a los cinco me cambié a piano y a los nueve fue cuando vi a mi mamá en la orquesta, tocando el cello, porque nunca la había visto tocando, y dije: “quiero ese instrumento”.
Entonces empecé a tocar y dije: “éste va a ser mi instrumento” y todavía seguía a la par del piano. La última vez que toqué piano formalmente fue en un concurso en Nueva York, donde participé en dos categorías: uno a cuatro manos con mi hermano, y el otro en el cello yo sola. En los dos gané primer lugar, medalla de oro, pero en el de cello me gané tres premios especiales en el año 2012, entonces tenía 15 años.
¿Después de ahí qué viene?
Mi maestra de piano, Natalia Tibets, me dijo: “creo que ya sabemos que vas a ser cellista”. Entonces, a partir de allí ya me enfoqué totalmente en el cello. Creo que he dado muchos frutos, he ido a muchos conciertos internacionales, nacionales y pues ahora mi último logro, que mi abuelo y yo era lo que anhelábamos, era tocar de solista.
¿Ya debutó usted como solista?
Así es, el pasado mes de octubre.
¿Y el programa qué incluyó?
Como solista toqué el concierto en Re menor de E. Lalo y como anchor toqué la Rapsodia Húngara de Popper, y aparte la orquesta tocó la sinfonía número 3 de Brahms.
¿Leyendo la partitura?
Todo de memoria.
¿Cuántas horas ensaya usted cada día o cada semana?
Como solista, todos los días, no hay día de descanso ni vacaciones. Ensayamos entre dos y tres horas, más aparte tres horas en la Orquesta Sinfónica de lunes a jueves.
La vieron en el Festival Santa Lucía, acompañando al grupo Bronco y al Mariachi Vargas, ¿cómo sintió al público?
Muy emocionado, nada más oíamos a las fans gritando, y nosotros también nos emocionamos al ver mucha gente. No es muy común ver a un grupo de este género con algo sinfónico. A nosotros como músicos nos gustó y todos andábamos bailando. Tuvimos cuatro ensayos, y luego ya el concierto que fue todo un éxito.
Del repertorio que tocaron en el Festival Santa Lucía, ¿en cuál se sintió mejor?
Mi favorita, de hecho tengo un video donde estoy baile y baile, “Que no quede huella”.
Usted está dando clases en la Facultad de Música de la UANL. Mande un mensaje a quienes se interesan en estudiar música como usted.
La música es algo muy bonito, nos ayuda mucho a las personas, es algo que podemos transmitir todo lo que sentimos a través de cualquier instrumento.
Si la estudian, fíjense una meta y cúmplanla.
En el Carnegie Hall (en Nueva York), hay una leyenda: “¿Cómo llegas al Carnegie Hall? Practicando, practicando, practicando”.
Ahí van los mejores músicos, y para mí haber llegado hasta allá y haber ganado, fue algo muy grande.