La feria de arte contemporáneo Arco Madrid abrió sus puertas hoy con el acento puesto en la escultura y la pintura, en una edición en la que el coleccionista latinoamericano gana peso y en la que Perú es el protagonista como país invitado.
Perú prepara un menú que pone especial atención a la vinculación de su arte contemporáneo con el prehispánico, virreinal y amazónico, mientras el escritor Mario Vargas Llosa ofrece la charla inaugural junto con el crítico de arte y comisario Juan Manuel Bonet en el Auditorio Foro.
Perú llega al Museo del Prado con la obra invitada durante la semana de Arco, el cuadro El matrimonio de Martín de Loyola y de doña Beatriz Clara Coya Ñusta, una creación cumbre de la escuela cusqueña (siglo XVII) que está en la pinacoteca española desde el 18 de febrero y se quedará allí dos meses.
Otro de los platos fuertes, también fuera del espacio de Ifema, es la llegada a la Fundación Telefónica de la exposición sobre Nazca, la ciudad peruana famosa por sus geoglifos (dibujos geométricos gigantes en explanadas, visibles desde el cielo). “Hay que desmitificar las leyendas sobre este espacio”, explica la subdirectora del museo MALI y comisaria de esta exposición, Cecilia Pardo.
Los geoglifos de Nazca ocupan más de 500 kilómetros cuadrados —“algo tan grande es imposible de proteger”, reconoce Pardo—, y fueron concebidos como ofrendas a los dioses —de hecho, se cree que tenían miradores para observar desde arriba estas figuras—. Pardo reivindica a la cultura responsable de estos dibujos. “Fue una civilización en uno de los lugares más áridos del mundo y se conservan de ellos cerámicas, tejidos y objetos de madera”, apuntó.
Amazonía
La Amazonía tendrá su espacio propio en Matadero Madrid, un lugar que ha generado cierta polémica en el país peruano por ocupar espacio del arte contemporáneo. “Aquí hay un debate antiguo desde los años 70, cuando algunos artistas reaccionaron mal a un Premio Nacional de Cultura a un artista amazónico. Yo no comparto esa postura, a mí no me afecta y creo que las divisiones no están definidas. Perú es un país con asuntos irresueltos, pero hay que saber que aquí hay muchas realidades”, destaca la artista Gilda Mantilla, que acude con su obra a Madrid.
Con el desembarco en Casa de América de la colección Jan Mulder de fotografía contemporánea llega también la obra de Roberto Huarcaya y su serie de Amazogramas, imágenes captadas en un rollo de papel fotosensible de 30 metros de largo durante la noche en la selva peruana. “El Amazonas es un espacio olvidado históricamente y creo que arrastramos unos desencuentros históricos con un paisaje lleno de vitalidad”, acotó el fotógrafo.
La escultura
Doscientas tres galerías de 31 países y 300 coleccionistas participan en la feria en una edición con claro predominio de la escultura, tal y como muestran las propuestas de las galerías más veteranas, como Elba Benítez, con una obra de Cristina Iglesias de 200 mil euros realizada para Arco Madrid o la pieza de Dan Graham de 200 mil euros de la Galería Cayón.
La galería Helga de Alvear, que el año pasado albergó la polémica obra de Sierra Presos políticos, este año ha dado casi todo su protagonismo a la obra del artista y cineasta alemán Julian Rosenfeldt, del que se puede ver una serie de fotografías de su proyecto audiovisual Manifesto, de 16 mil euros, en las que la actriz Cate Blanchett recrea varios personajes.
Íñigo Navarro, de la galería Leandro Navarro, resalta esa presencia mayoritaria de escultura en esta edición, algo que le “encanta”. En su caso, una pieza de Calder y otra de Baltasar Lobo se suman al cupo escultórico, si bien como es habitual esta galería continúa apostando por la presencia de “grandes nombres” del arte.
Desde un Kandinsky valorado en 1.8 millones de euros hasta una Cabeza de Picasso en lápiz y cartulina recortada que alcanzaría la cifra de 500 mil euros, “estos grandes maestros han abierto la puerta a lo que se puede ver ahora”, aseguró Navarro.
Contenido mata forma
En la galería ADN se recuerda que en su política está “premiar el contenido antes que la forma”. Por ello, en esta edición de la feria madrileña, además de la habitual presencia de Eugenio Merino —con una enciclopedia triturada para “hablar de la destrucción de la memoria y el conocimiento”—, se suman otras piezas “políticas”.
En tanto, el artista Domènec presenta planos arquitectónicos de obras construidas con manos de personas encarceladas en ese momento, tales como El Valle de los Caídos o la cárcel de Carabanchel —a un precio de mil 200 euros cada plano.
Por su parte, Ignacio Múgica, de la galería CarrerasMúgica, también apuesta por la escultura, en línea con la tradición vasca heredada de Chillida y Oteiza, con una obra de 18 mil euros de Sergio Prego, el artista que protagonizará junto a Itziar Okariz el pabellón de España de la próxima Bienal de Venecia.
Una de las obras más caras que estará exhibida en su stand de Arco Madrid es el dibujo Federal plaza 1, valorado en 700 mil euros, que el artista Richard Serra realizó a partir de la escultura de grandes dimensiones que fue eliminada de una plaza neoyorquina, a partir de la cual se desarrolló una ley para proteger la obra artística.
Quemar a Felipe VI
El artista Santiago Sierra presentará una obra de gran tamaño que representa al rey Felipe VI y quien quiera comprar tendrá que comprometerse a quemarla. No es la primera vez que Sierra crea polémica, ya el año pasado presentó la obra Presos políticos en la España contemporánea, que su galerista tuvo que retirar a petición de los responsables del recinto ferial que da cabida a la feria de arte. La obra tiene cuatro metros y medio de alto, está hecha de poliuretano, cartón y tela.
Cualquier bolsillo
Las piezas van de mil euros, por una obra de Mónica de Miranda, a cuatro millones por una de Miró.
Arquitectas
A las arquitectas Mariana Leguía y Maya Ballén se debe la fluidez con la que se recorren las galerías dedicadas a Perú.
Servicio gratuito
ARCO ofrece el servicio gratuito de asesoramiento en la compra de obras invitará a 30 jóvenes coleccionistas internacionales.