A pesar de que la avenida principal de Real del Monte se caracteriza por sus fachadas multicolores y calles empedradas, las flores de Catalina González Ramírez logran captar la atención de cualquiera que pasa por la avenida Hidalgo, la principal de este Pueblo Mágico que se enaltece entre puestos en los que venden recuerdos, pan, juguetes y ropa para el frío.
Los fines de semana y festivos, Catalina coloca sus flores en una canasta de mimbre y, sobre ella, decenas de sueños, una por cada deseo que espera se cumpla para sus nietos, ocho son los que tiene, y la misma cantidad de buenos deseos por cada flor que hace.
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"Cada rosa está hecha de foami que se hace a la forma de la flor al trabajarlas con calor, mientras que el tallo es de alambre, forrado con una cinta verde. Con una de ellas, que tardó en hacer en 10 minutos, se va un sueño para mis nietos, un deseo para que logren tener más que yo.”
Fue hace ocho años, visitando algunas ferias, que puso atención en cómo se hacían las flores y aprendió "de sólo ver", porque las artesanías son algo que siempre han llamado su atención.
Asegura que ha sido tanto el éxito de sus rosas, que poco a poco le van pidiendo para que las realice y sean ocupadas para diferentes eventos sociales como bautizos, XV años, bodas y le solicitan de otro estilo, como margaritas, "y yo las hago también".