San Judas Tadeo es uno de los santos más importantes para los católicos en México, pues siempre saca de apuros a las personas que le rezan; sin embargo, la imagen a la que le rezan está llena de elementos que hacen alusión a su vida y obra.
Vestimenta de San Judas Tadeo
El sacerdote de la Arquidiócesis Primada de México, Víctor Jiménez, explicó para MILENIO, que el color verde del manto de San Judas, ayuda a recordar la solemnidad de la liturgia de la iglesia, además de ser el mismo color con el que se representa la esperanza.
La llama que tiene en la frente San Judas Tadeo, recuerda que él como los demás Apóstoles de Jesús recibieron el espíritu santo en forma de Leguas de fuego el día de Pentecostés.
“Tienen una llamita arriba en la cabeza, no es que esté mal peinado, sino es una llamita, esta llamita nos recuerda la presencia del espíritu santo" apuntó el sacerdote.
Por lo regular en la mano derecha, San Judas Tadeo sostiene un mazo o una especie de cachiporra, que recuerda la forma en la que fue martirizado, "es decir, lo agarraron a palazos" dijo el clérigo.
Otro elemento que caracterizan la imagen de San Judas Tadeo es el medallón que tiene en el pecho, lo que también ha alimentado el mito de que si está era una de las monedas por la cual Iscariote vendió a Jesús, pero no, está figura recuerda el gran parecido que tenían Cristo y su apóstol, pues Tadeo y Jesucristo eran primos hermanos.
“El medallón grande que tiene ahí en la imagen, unos piensan que es la misma imagen de san judas, algunos piensan que es una moneda esto nos recuerda que San Judas era pariente del señor Jesús por eso nos recuerda la presencia de Jesús, de la familia de Jesús en su historia” señaló.
El libro bajo el brazo Izquierdo también es de los elementos importantes y que pocas veces sale en las imágenes de San Judas, este icono recuerda que Judas fue uno de los primeros predicadores de la palabra de Jesús en el mundo, hecho que lo llevó a varios países e incluso continentes, para llevar los evangelios.
Dicho oficio lo llevó a la muerte cuando, al llegar a Persia, fue atacado por una turba de personas, llevado preso por las autoridades y condenado a morir golpeado con palos, hecho que lo convirtió en el Santo y mártir ante la iglesia católica.
AS