El número 13 de la calle Madrid en Coyoacán cambió para siempre tras ser adquirido en 1949 por Salvador Novo. Ahí, el poeta, ensayista y dramaturgo comenzó a escribir las primeras líneas en un libro de cultura nacional que aún no tiene punto final, el cual crece y se reproduce con base en reinvención y talento.
Hoy en Madrid #13, ubicada en el corazón histórico de Coyoacán, La Capilla vive y convive con El Vicio, un lugar de teatro-cabaret, donde la risa es la herramienta más fuerte para mostrar los vicios que aquejan a la sociedad. “La risa es un cuchillo muy filoso, puede cortar para sanar o cortar para enfermar”, plasma Cecilia Sotres en su libro Introducción al cabaret (con albur).
Teatro cabaret
Género teatral popular que utiliza el tono fársico y el humor para lograr una crítica política y social elaborada a partir de temas sinuosos y del uso de elementos satíricos e irónicos y con la participación activa y cómplice del público.
Cecilia Sotres, Introducción al cabaret (con albur).
Sotres, junto con Ana Francis Mor, Marisol Gasé y Nora Huerta, conforman la compañía Las Reinas Chulas, que se definen como cabareteras medio estudiadas, medio finas y medio liosas. Desde el 2005 ellas administran el espacio escénico heredado por Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe, quienes le nombraron El Hábito…pero al final, todo hábito se vuelve vicio.
Las Reinas Chulas crean espectáculos con los que cambian las narrativas tradicionales, aquellas que surgen en el mundo machista, y fomentan la desigualdad y opresión.
“Nos hemos dado a la tarea de hacer visibles estas desigualdades a través del humor, que es nuestro lenguaje, hacer visible y patente que algo no está caminando de forma paralela ni igual entre hombres y mujeres, y después darnos la tarea de empezar a contar las otras historias, historias de éxito de las mujeres, donde no estamos ligadas a un hombre, o no dependemos económicamente de un hombre, o tenemos la oportunidad de realizar nuestros sueños; en principio, de soñar y considerarnos personas, y después a realizar nuestros sueños”, dijo a MILENIO Nora Huerta.
Con su trabajo, no sólo arriba del escenario, sino también en la difusión cultural y el activismo, estas cabareteras rompen esquemas patriarcales y abren el camino para nuevos proyectos de este género teatral crítico y cómico.
“Tú creces y eres educada y eres formada por todo un entorno que todo el tiempo te está diciendo, te está exigiendo una serie de patrones de belleza que son incumplibles y que te está orillando a cumplir una serie de roles que no necesariamente quieres cumplir; ahí hay una historia que ya está contada, es como como un traje que a fuerza te tienes que poner”, manifestó a este medio Ana Francis Mor.
Desde esta rama del arte –emergido con raíces en el arrabal de la carpa, como lo recuerda Monsiváis– las Reinas Chulas son sororas, empoderan a las mujeres en sus guiones, con la improvisación estratégica de la lucha, para que estas historias de éxito y paz se hagan verdad en el plano terrenal.
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“Empezar a contar esas historias de éxito donde no estamos sufriendo, no estamos abnegadas, no estamos muriéndonos de celos, no estamos siendo sometidas y estamos intentando recuperar una parte de poder que se nos ha arrebatado históricamente.
“El cabaret ha sido un lenguaje muy afortunado para ello, primero porque nos permite hacerlo visible, después porque nos permite sembrar otras direcciones y dialogar directamente con hombres y mujeres”, enfatizó Huerta, quien es ganadora del premio Ariel.
El Vicio también ha dado voz a sectores de la sociedad históricamente marginados. Las comunidad LGBT+ e indígena han sido tema y propios creadores de puestas en escena.
“Le han dado voz, escenario a toda la comunidad LGBTTIQ+, claro que ha habido voz con toda la tradición que viene de El Hábito que deja sembrada Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe evidentemente entonces sí es un trabajo incansable; ese predio es muy especial, entras ahí y respiras teatro contestario”, comentó la actriz y directora Pilar Boliver, colaboradora durante varios años de El Hábito.
El Hábito de Jesusa y Liliana
La Capilla, creación y aposento de Salvador Novo, llegó a manos de la actriz, directora y hoy senadora de la república Jesusa Rodríguez, y al lado la música Liliana Felipe, su pareja, lo administraron, remodelaron y reinventaron. Rodríguez se acercó al heredero del predio, Salvador López Antuñano, para proponerle el rescate del foro.
Con la restauración de La Capilla, Jesusa Rodríguez construyó un foro alterno, el vecino de La Capilla, El Hábito. Ahí, como actriz y directora montó innumerables espectáculos que llevaban a la cúpula intelectual a reír, pero más aun, a lo más alto de la política mexicana, a verse personificados bajo las telas de la farsa. Un logro de Salvador y décadas después de Jesusa.
Fue un hábito el reconocimiento al trabajo de Liliana y Jesusa. Tanto de la academia como del periodismo, así como del público, las ovaciones se entregaban al pie del escenario, pero también en las letras y en las ideas.
“Otro recurso clave para la corporalidad feminista en su vertiente queer es la del travestismo, que en México ha manejado con gran eficacia paródica el cabaret político de Jesusa Rodríguez, Tito Vasconcelos y Las Reinas Chulas”, mencionan Elka Fediuk y Antonio Prieto S. al estudiar la representación del cuerpo en las artes escénicas.
La Capilla de Novo en manos de Schoemann
"Salvador Novo irrita y fascina por la provocación y deslumbra por el talento, alarma por la conducta y tranquiliza con el ingenio, perturba por su don para el escándalo y divierte al añadir el escándalo al show de la personalidad única", así es como Carlos Monsiváis describe al dramaturgo.
Esas características son las que hoy permean las creaciones de Madrid #13 y La Capilla, que bajo la dirección de Boris Schoemann ha sido un espacio incluyente, con amplio número de obras y asistentes.
"Se abren esas puertas para albergar a las dramaturgias jóvenes; Boris siempre tiende a apoyar a grupos emergentes, a grupos que están surgiendo. Es un espacio que siempre se está conservando, nunca cae, nunca se deja caer, quien lo haya tenido […] siempre lo ha tenido a tope”, dijo a MILENIO la actriz, directora y recientemente podcastera, Pilar Boliver.
Boliver ha trabajado intermitentemente en La Capilla, es un sitio al que le guarda gran cariño. Antes de la llegada de Jesusa al espacio, Pilar participó en montajes cuando el foro era administrado por la UNAM. Posteriormente, colaboró en El Habito cinco años en espectáculos en los que participaron Enrique Alonso Cachirulo, Chavela Vargas y hasta Rigoberta Menchú.
Durante la década pasada, la también diseñadora de vestuario creó, en La Capilla, dos monólogos sobre mujeres que fueron un parteaguas en sociedad machistas y conservadoras: Coco Chanel y Emma Goldman.
En 1949, Salvador Novo adquirió el terreno ubicado en la colonia El Carmen, y que incluía una capilla a la cual Novo "le vio cara de teatro". (INAH)
Boris Schoemann llegó a La Capilla en el 2000. Con el inicio del milenio pidió el foro a Jesusa Rodríguez para montar Los endebles y la unión fue inquebrantable. Más de 20 años después, crece el aforo con ayuda del espacio virtual. Con la pandemia de coronavirus, las puertas del foro cerraron pero no se suspendió la creatividad. Hoy la propuesta es igual de variada en streaming.
“Boris no amilanó ante la situación y se trepó a la ola inmediatamente y lo que vimos hace una semana era padrísimo porque ya tenía todo un lenguaje no nada más del teatro filamado, sino que ya se están empezando a mexclar lenguajes híbridos”, agregó Pilar, que formó parte de La Divina Ilusión en su versión presencial y través de Zoom, presentada durante los primeros meses de la contingencia sanitaria.
"Y los domingos venden pozole..."
La pandemia no detuvo a Las Reinas Chulas; se han adaptado a nuevas plataformas y apuntaron hacia distintos rubros como la venta de comida y cursos. Buscan sobrevivir, como todos, ante la crisis económica que vino con la sanitaria.
"Las Reinas Chulas han hecho una labor incansable con respecto al teatro cabaret político […] ellas no han cejado un segundo, cada semana en la pandemia venden comida, o sea, lo que decimos de broma los teatreros es ‘ay, sí, y los domingos vendes pozole’, pues literalmente Las Reinas Chulas, para mantener todo este año tan fuerte y difícil, hasta pozole han vendido, sopa de lima…", resaltó Boliver.
Para Ana Francis Mor, la pandemia de covid-19 dejó ver la indefensión en la que se encontraban los teatros independientes en la Ciudad de México. Y pese a la conversación con las autoridades, aún están en el camino para resolver su situación legal. La actriz espera después se resuelva su "situación financiera muy precaria".
"Defender o cuidar un espacio como éste es una chamba un poco de todes, de los gobiernos, de los artistas, de los consumidores porque son espacios de convivió, de liberación, de reflexión, de resistencia, de disidencia y de fiesta", finalizó Nora Huerta.
Para conocer las próximas funciones de Las Reinas Chulas puedes acceder a sus redes sociales; están en Instagram, Facebook y Twitter. También a través de WhastApp es posible contactarlas, el número es 55-37-53-35-29.
El próximo sábado 20 de marzo presentarán, a través de "cabarezoom", el espectáculo Cepa la bola, al lado de la conductora Fernanda Tapia. Además, tienen disponible la función de "Cabaret a la carta", con la cual puedes comprar tus boletos y disfrutar de la función cuando quieras.
DMZ