Cuando Giselle se presenta en el Gran Teatro de la Habana, en Cuba, las entradas suelen agotarse en cuestión de horas, no por nada fue la coreografía con la que, el pasado 12 de septiembre, el emblemático teatro reabrió sus puertas.
Ahora, después de no presentarse desde 2007 en Ciudad de México, el Ballet Nacional de Cuba (BNC), fundado por Alicia Alonso, regresa para ejecutar una de las coreografías más aclamadas de la agrupación este 27 de septiembre en el Auditorio Nacional. La compañía fundada en 1931 también se presentará el 29 de septiembre en Guadalajara y el 3 de octubre en Aguascalientes.
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En entrevista, Viengsay Valdés Herrera, primera bailarina y subdirectora artística de la compañía desde enero de este año, recordó que a los 18 años interpretó a Giselle por primera vez y reconoció que cuando se hace este papel tan joven “quizá no tienes toda esa madurez artística y de tu propia vida como para influir sentimientos tan fuertes y tan encontrados que se puedan notar en la escena”.
Cuando Viengsay tuvo la oportunidad de bailar este rol, la coreografía fue montada por Josefina Méndez, una de las cuatro joyas del BNC.
Reconoce que con el tiempo perfeccionó el personaje mientras ella maduraba “y hoy es el día en que realmente considero que ya puedo decir que soy Giselle, que siento a Giselle, un personaje que es el momento cumbre al que pretende llegar una bailarina, un personaje que puede realzar, o en algunos casos, destruir a una bailarina”.
“Me esforcé muchísimo para que este personaje siempre fuera creciendo, que nunca retrocediera ni un paso. Hoy me siento en la capacidad de decir que gracias a mi madurez artística he podido redondearlo y me siento feliz por haberlo logrado”, abunda.
Para Viengsay Valdés la directora del Ballet Nacional de Cuba, Alicia Alonso, y Josefina Méndez aportaron el respeto al estilo romántico y la exigencia de la perfección a su interpretación de Giselle.
"Lograr la perfección en este tipo de ballets es lo que lo identifica de los demás grandes clásicos. Eso ayuda a que lo hagas de la mejor manera, incluso te ayuda a lograr otros personajes".
Giselle es una obra cumbre del romanticismo. La versión del BNC, montada por Alonso, mantiene la coherencia dramática del original pero, al mismo tiempo, dramatúrgicamente se fue redondeando para convertirse en una de las joyas de la compañía.
La continuidad
Alicia Alonso, reconocida como la Prima Ballerina Assoluta del Ballet Nacional de Cuba, es reconocida a nivel mundial como una institución en el ballet; para Viengsay así como para todos los bailarines de la compañía “es un paradigma e ídolo a seguir.
“Yo me siento como la continuidad. Ella logró ser la primera, luego vinieron muchas más, pero yo me siento en esa continuidad. De alguna manera es una presión por no decaer en la calidad artística y eso te permite ser ejemplo para las siguientes generaciones”.
Ahora en su papel de subdirectora del BNC, Viengsay Valdés Herrera se encuentra en ese momento de enseñar a futuras generaciones y compartir todo lo que ha aprendido desde Alicia Alonso, Fernando Alonso también fundador del BNC, y las cuatro joyas de la compañía.
“Ahora es mi momento de transmitirlo. Como continuidad tengo que mantener la tradición, ese respeto, ese legado artístico e histórico y además mantener la calidad al máximo”, asegura la bailarina cubana.
Contracorriente
Ni las severas crisis de asma que padeció desde pequeña, impidieron a Viengsay Valdés graduarse como bailarina en la Escuela Nacional de Arte y en el ínterin recibir numerosas distinciones.
En la gloria
A los 17 años ingresó al Ballet Nacional de Cuba donde en un año se convirtió en bailarina principal para protagonizar obras como El lago de los cisnes, Don Quijote y El cascanueces.
Estrella
Invitada frecuente de las grandes compañías de danza del mundo, como el Royal Ballet de Londres o el Royal Ballet de Dinamarca, participó en la gala Los Gigantes de la Danza en el Auditorio Nacional de México.
ÁSS