La Virgen del Carmen, patrona del mar y protectora de los pescadores, es su refugio espiritual en tiempos de pandemia y de complicaciones para la pesca. El 16 de julio es su día y la mejor fecha para venerarla.
El covid-19 ha impedido festejarla por todo lo alto, con sus más de cien embarcaciones desfilando sobre el Pánuco hasta llegar a donde se junta el río con el mar.
En las procesiones náuticas que se llevaban a cabo antes de la contingencia sanitaria, la devoción se desbordaba entre quienes esperaban todo un año para rendirle tributo a su patrona.
A ella se encomiendan para que nada les pase, pues los pescadores afirman que es muy milagrosa, así que no dudan en demostrarle su fe y pedirle que todo vuelva a la normalidad. Se viven momentos difíciles en la pesca y en el mar, y hoy más que nunca le piden obtener buena producción, pero sobre todo, que cuide de ellos y les permita regresar siempre sanos y salvos a su hogar.
Origen de la celebración de la Virgen del Carmen
El historiador Francisco Ramos Alcocer, comenta que aunque la celebración de la Virgen del Carmen no es una tradición que nació en Tampico sino en Campeche, ha sido adoptada con éxito.
“Los camaroneros la trajeron alrededor de los años 60; allá hacen una peregrinación muy grande y participa toda la población”.
Destaca que, sin embargo, la virgen ya era venerada en Tampico, pues estaba presente en varias iglesias y fue un grupo de damas católicas quienes decidieron rescatar tanto la tradición como la imagen que se encontraba en la capilla de Nuestra Señora del Carmen ubicada en la Isleta Pérez, a un costado de lo que antes fue el parque de beisbol Alijadores.
Francisco Ramos detalla que en 2016, el Callejón de la Virgen del Carmen empezó a ser rehabilitado con el propósito de hacer turismo religioso también en Semana Santa, ya que ese sitio se encontraba abandonado.
En un trabajo conjunto entre sociedad civil, municipio e iglesia, se buscó integrar el antes denominado Callejón del Pujido a la oferta turística de la ciudad.
Se cuenta que esa zona, fue habitada después de la inundación por pescadores originarios de Ciudad del Carmen, quienes después de un tiempo se trajeron la imagen, una pieza de cedro de líbano, policromada, con un traje bordado con hilo de oro y en su cabeza una corona de oro blanco.
Apuesta de turismo religioso
Es una celebración que cada vez iba tomando mayor fuerza. Una de las conmemoraciones más emblemáticas de la zona y un símbolo de hermanamiento entre el sur de Tamaulipas y el norte de Veracruz.
Es una expresión de cultura popular por la que se apuesta para atraer turismo religioso cuando la crisis sanitaria esté bajo control.
La secretaria de Turismo en Tampico, Elvia Holguera Altamirano, comenta que la Virgen del Carmen es un símbolo de identidad regional que a futuro permitirá atraer paseantes de otras partes del país.
“Tampico no tiene oferta de turismo religioso y esta conmemoración sería una importante opción para atraer visitantes, con el apoyo de los municipios; es la única que hay, solo esperamos que la situación sanitaria mejore”, señala a su vez Ramos Alcocer.
Toda una tradición que involucra a familias enteras, porque la fe permea en muchos hogares de pescadores que están agradecidos por los milagros y favores de su protectora.
“Seguramente cuando se reactive la celebración mucha gente empezará a cumplir mandas, porque hay quienes durante la procesión náutica se suben a las lanchas solo para dar gracias pues ella les hizo un milagro y hacen el recorrido, es una religiosidad muy arraigada”, expresa el documentalista.
Sandra Ibarra, directora de Turismo en Ciudad Madero, comenta que este año aún no se define si la conmemoración será virtual. Refiere que en 2019, última vez en que la procesión náutica fue presencial, participaron más de 100 embarcaciones y más de mil personas en la misa junto al río Pánuco, donde también se acostumbraba un novenario de rosarios.
Monumento emblemático
El de la patrona de los pescadores, es uno de los monumentos más emblemáticos que tiene Ciudad Madero; fue erigido en 1967 pero su construcción inició desde 1965 a iniciativa de las Carmelitas Descalzas, bajo el liderazgo del padre Ignacio Rosiles, de la Iglesia San Juan Bosco, en la colonia Árbol Grande.
En 2019 hubo planes de reubicar la Virgen del Carmen, pues el predio en el que se encuentra su monumento es propiedad municipal, pero su acceso es parte de un terreno que pertenece a una empresa y no siempre se permite el paso.
Por lo tanto, es un atractivo turístico que no se puede visitar los 365 días del año. Incluso ha habido viajeros que llegan al lugar atraídos por los comentarios de los guías turísticos y otros porque son devotos de la virgen, pero se topan con un guardia de seguridad que les niega el paso.
El municipio nunca logró que la compañía Minera Autlán, propietaria original del terreno, les cediera una servidumbre de paso, después vendió a la empresa Insumos y Servicios Agrícolas (Isaosa) y se complicó todavía más la posibilidad.
Había planes de instalar una fertilizadora que generaría hasta 700 empleos e implica una inversión de 30 millones de dólares su instalación, sin embargo no se concretó y el Ayuntamiento afirma que fue porque no se le concedió el permiso para su instalación.
En su momento, el alcalde Adrián Oseguera señaló que su gobierno no permitió la instalación de una fertilizadora que pretendía reubicar la Virgen del Carmen, lo que asegura no iba a consentir porque además es una zona turística y podía poner en riesgo la salud de las familias aledañas.
“Era un proyecto muy importante, pero primero es la salud, la Virgen del Carmen ahí se queda para los maderenses y tampoco queremos que se pueda contaminar con una fertilizadora. Esta es una zona desde 1996”.
El Ayuntamiento de Ciudad Madero planeaba reubicar la virgen en un predio municipal a 200 metros de donde se localiza actualmente. Se proyectaba también construir un muelle para dar acceso desde el Paseo Doña Cecilia, calle que conecta a la colonia La Barra con las Escolleras, o también por embarcación.
Su llegada
En 1967 llegó a la margen del río Pánuco la Virgen del Carmen. Con 14 piezas gigantes de cantera, se dio forma a la escultura de 18 metros de altura y 50 toneladas.
Se localiza frente al muelle de pilotos cerca del Faro a un lado del río Pánuco y fue inaugurada en abril de ese año durante el VI Congreso Nacional Carmelitano.
Desde esa fecha, la tradición de hacer una peregrinación en lancha era una actividad organizada por la iglesia y los pescadores por iniciativa propia, a la cual acudían también las personas de las parroquias.
Como parte de la cultura popular, se decía que la imagen había llegado para evitar que se presentaran más desgracias en el Golfo de México y en las ciudades del sur de Tamaulipas, pues una de las peticiones que se le hacían era impedir fenómenos meteorológicos.
Mucha gente la asoció al hecho de que se han desviado huracanes, algunos ya con trayectoria directa como Gilberto, uno de los más intensos, devastadores y mortíferos registrados en el Océano Atlántico durante el siglo XX de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial.
La procesión náutica
- El recorrido empezaba en el Club de Yates. Al frente de la comitiva iban dos barcos camaroneros, uno de los cuales llevaba una imagen que se extrae de la iglesia ese día.
- Al pasar por el edificio de la Aduana de Tampico, la gente observaba desde el segundo piso y había danzantes de la Virgen.
- Al pasar la procesión se dejaba un arreglo floral y el sacerdote hacía una oración para luego dirigirse hacia el Paso del Humo, donde estaban esperando otros danzantes.
- Finalmente antes de mediodía la peregrinación llegaba hasta el monumento donde se realizaba una misa.
EAS