Xalapa y la Feria del Libro... sin Sergio Pitol y con protestas

El escritor fallecido el pasado 12 de abril fue la principal figura de este encuentro editorial y literario, que inició su edición número 25 ya sin él.

Sobre la fachada de la casa del novelista, una manta de protesta
Xalapa /

Cuando Sergio Pitol ganó en 2005 el Premio Cervantes, el escritor tenía una estrecha relación con la Universidad Veracruzana (UV), por lo que su premio causó no sólo felicidad entre quienes, siendo integrantes de la comunidad de esta institución, también eran amigos del escritor, sino que además cimbró a la Máxima Casa de Estudios de Veracruz.

Además de ser catedrático de esa institución, Pitol impulsó a la Editorial UV y el Instituto de Investigaciones Lingüístico Literarias durante su estancia en la UV.

Por lo anterior, no fue sorpresa que el máximo evento de la UV, la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) —difundida como “la mejor del sureste” por los propios organizadores—, al año siguiente se desviviera en planear una edición dedicada a Pitol y, a la vez, atraer como nunca antes la atención pública. Como invitados especiales estuvieron los autores más allegados al Premio Cervantes, quien eligió Xalapa, sede de la UV, para vivir.

Todo giraba sobre Pitol

Margo Glantz, Enrique Vila-Matas y Juan Villoro estuvieron presentes entre quienes acompañaron al autor de La vida conyugal en la edición 2006 de la FILU, que fue el inició de una serie de actividades y programas de todo tipo en las que Sergio Pitol, como personaje, fue el eje central.

Desde la realización de actos estrictamente literarios hasta montajes musicales —con el argumento de que el narrador era asiduo a la música—, todo giraba en torno a Pitol y sus obras. Sobre la FILU hubo quienes, con sarcasmo e inconformidad, expresaron que “deberían cambiarle el nombre a “Sergio Pitol”.

En esos años el gobernador de Veracruz era Fidel Herrera Beltrán, quien tampoco dejó escapar la posibilidad de aprovechar la figura del novelista para atraer la atención y capitalizarla en favor de su administración.

En todo lo anterior, el autor no fue víctima y sí alguien dadivoso, que buscó así difundir la literatura y las letras. Incluso, su sobrina Laura Deméneghi participó en la producción de audiovisuales para estos actos.

Aunque a Pitol ya se le veía con su salud estragada, siempre se le vio en la FILU firmando libros o meramente contemplando los que se ofertaban, como cualquier otra persona que acudía.


La relación de Pitol con la UV no quedó en buenos terminos, por eso las autoridades evitaron mencionarlo durante la inauguración de la FILU 2018

La disputa sigue

Este 2018, cuando la FILU celebra su 25 aniversario, es otro el panorama del evento. A la inauguración, realizada el viernes 27, le antecedió una protesta de la familia Deméneghi contra la UV, al colocarse una manta en la fachada de la casa donde Pitol vivió, exigiendo “justicia” para el narrador por el incumplimiento de acuerdos entre ambas partes, y que implican dinero.

Juan Villoro no acudió a tal ceremonia como amigo cercano del fallecido escritor; aunque tuvo una presentación en la Sala de Conciertos Tlaqná donde ofreció una charla previa al concierto de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, como parte del programa de la feria.

El nombre de Sergio Pitol, apenas si fue citado por Sara Ladrón de Guevara, rectora de la UV, al recordar en su discurso a los cinco autores mexicanos que han ganado el Premio Cervantes, por ser España el país invitado a la presente emisión de la FILU.

Y es que semanas antes, en voz de Laura (sobrina de Pitol), la familia Deméneghi advirtió que no permitiría que la figura del novelista “siguiera siendo utilizada por la UV”.


                  El escritor falleció a los 85 años (Milenio)

Una inauguración sin brillo

La FILU ha perdido no solo a uno de sus mejores cómplices, sino también brillo. Los nombres de los autores invitados por España o de otros que aparecen en el programa, no parecen llenar el hueco que dejó Sergio Pitol.

Luego de la inauguración, Xalapa siguió llorando a su huésped más querido. La leve lluvia que se dejó caer la tarde en que Pitol murió paso a ser un aguacero que enmarcó el inicio de la FILU y que quizá no invitó a muchos al recinto ferial, el gimnasio Omega.

AG

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