Xul Solar, el pintor que vivió en su arte y más allá de él

El Museo Carrillo Gil exhibe 'Xul Solar. Panactivista', muestra que reúne un centenar de obras, documentos y objetos, a propósito del 130 aniversario del nacimiento del vanguardista argentino.

Un centenar de acuarelas, témperas, objetos, manuscritos, documentos y libros conforman la exposición Xul Solar. Panactivista, que con motivo del 130
Xul Solar pensaba en términos universales, le importaba todo, y todo era susceptible de ser estudiado y transformado, o mejor, recreado.
Editorial Milenio
Ciudad de México /

La obra del pintor argentino Xul Solar se nutre de disciplinas como la música, la literatura, la arquitectura, la astrología y los idiomas. Fue un artista con muchas inquietudes y uno de los más influyentes en el arte argentino del siglo XX, según explicó a MILENIO Vania Rojas, directora del Museo de Arte Carrillo Gil, en donde ahora se presenta la exposición Xul Solar. Panactivista.

“Viajó a Europa buscando la que sería su profesión y allí se encontró con otro de los grandes artistas de su país, Emilio Pettoruti, quien lo apoyó para relacionarse con el medio artístico de los años veinte, la época más importante del arte en Europa”.

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Cuando Xul regresó a Argentina —dijo la directora— se enfrentó con la vieja escuela, aquella que provenía de la escuela clásica de la academia y rompió esa tradición con las vanguardias que aprendió durante su estancia en aquel continente.

“Hay etapas muy claras entre los años veinte y los años cincuenta, donde este pintor hace un trabajo muy puntual de la arquitectura con estas ciudades imaginarias, futuras, influenciadas por el paso del Zeppelin en Argentina o por el despegue del Sputnik. En las que introduce a su obra estos hechos cotidianos, pero con una proyección futurista que él está proyectando en su obra”.

[OBJECT]Otro de los temas recurrentes en las pinturas del artista argentino es la literatura y la influencia de sus amigos, de entre los que resalta el argentino Jorge Luis Borges. Esta relación dio como resultado no sólo la influencia de Borges en el trabajo de Xul Solar, sino la colaboración del pintor para ilustrar libros del escritor.

Solar no sólo complementaba su obra pictórica con estas cuestiones, sino que se adentraba en ellas y las practicaba fuera de sus cuadros, como los temas místicos y astrológicos que lo llevaron a desarrollar cartas astrales a sus amigos, como Pettoruti y Borges.

Pero no se limitó a replicar ciertas prácticas astrológicas ni a la creación de un mundo futuro en sus pinturas: "vivía dentro de su propia obra". Elaboraba sus propios muebles y diseñaba los espacios en los que habitaba.

También reinventó el ajedrez y creó dos idiomas. “El Panajedrez es un tablero intervenido en el cual las fichas representan consonantes; el tablero tiene vocales, y los peones son números. Este juego se trataba de generar diálogos entre los jugadores: inventar palabras, generar jugadas que pudieran dar ideas, pensamientos, poemas e incluso música”.

“Modificó las cartas del tarot, para reinterpretar la suerte, con elementos que además mezclan distintas culturas y religiones: tiene referencias a civilizaciones egipcias, a la religión católica, el judaísmo y el budismo”.

[El panajedrez de Xul Solar | Foto: Héctor Téllez]


Xul también inventó dos lenguas: la neocriolla y la panlengua. La primera era una combinación entre el español de toda América Latina y el portugués con el propósito de que América se comunicara en un solo idioma; la segunda es una lengua universal que se nutría del sajón, las lenguas romance, español, inglés y chino.

“Su idea era tomar distintas disciplinas y agrupar situaciones con una universalidad. Era una persona con un pensamiento global y utópico que quería romper barreras y buscaba como ideal la hermandad entre naciones en donde las diferencias se eliminaran”.

La exposición Xul Solar. Panactivista abarca todas las facetas que el artista argentino desarrolló a lo largo de su vida. La muestra se puede visitar hasta el 8 de octubre en el Museo de Arte Carrillo Gil (Av. Revolución 1608), donde más de 100 obras, entre acuarelas, témperas, manuscritos y libros de su archivo dan un amplio panorama sobre producción artística.


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