Formada en la viola por la maestra Alexandra Frantseva y egresada de la Academia de Música de Rusia Gnesini, Yulia Mokhnatkina recuerda que a los seis años comenzó a tocar su instrumento. Entonces era el violín. La escuela primaria en su país tiene una duración de ocho años, mismos que al concluir le permitieron avanzar hacia la Escuela Superior de Música.
“Yo empecé a los seis años en una escuela de música, en el violín, donde estuve ocho años con la maestra Natalia Pliavinsh. Te esperas un año para que termines la escuela y poder ir a una institución especial de música. Luego sigue la Escuela Superior de Música, que son cuatro años, ahí yo terminé en el violín con el maestro Nicolai Hit, y ahí ya es especializado, sales con diploma de artista de orquesta, ensamble de cámara, porque también nos enseñaron dirección de orquesta y ya puedes dar clases”.
Yulia así continuó con los estudios superiores con nivel licenciatura, avanzando luego hacia la maestría en viola. La decisión de su vida, es decir, su vocación como instrumentista, debió abrazarla a temprana edad. Simplemente dijo, a los ocho años se debe decidir.
“En Rusia es toda una carrera porque sin un precedente y los documentos que lo acrediten, no puedes seguir. Es como si quisieras entrar aquí a la secundaria sin tener primaria; del kínder no vas a entrar a la secundaria tampoco. En mi casa algunas personas tocaban pero que se dedicaran profesionalmente a ello no”.
Mokhnatkina recordó que si bien se permite explorar las posibilidades que se tienen, los jóvenes en su país no pueden pasar el tiempo en indefiniciones. El estudio se asume con tanta seriedad que, la enseñanza de la música tiene el mismo carácter que cuando se entrena a un atleta de alto rendimiento.
“Esta es una profesión que en un inicio cada año cuenta mucho, ya después cuando tienes terminados tus estudios, puede ser que te saltes un año, pero cuando estás joven y sobre todo depende de lo que te plantees hacer, no puedes más que estudiar porque te forman para trabajar o en una escuela o audicionar para una orquesta. Si un niño se plantea la carrera de concertista, ahí cuenta cada mes porque te tomas unas vacaciones sin estudiar y ya no te fuiste a un concurso y tal vez dejaste ir una oportunidad”.
Asimismo, el trabajo llega de manera paralela con los estudios, y en su caso comenzó como acompañante en la clase de ensamble de cámara. Siempre habrá más pianistas que otros instrumentistas, es por ello que cuando se forman ensambles, siempre faltarán violinistas o chelistas, por lo cual no tuvo problema para encontrar trabajo a partir de los 16 años de edad y hasta que fue parte de la Orquesta Estatal de Moscú.
¿Cómo llegó a la Camerata de Coahuila?
Su integración Yulia fue invitada a trabajar en la Camerata de Coahuila cuando la maestra Natalia Riazanova era concertino y le comisionaron buscar músicos para violín y viola.
“Ella mantenía relación con su profesor que tenía muchísimos alumnos y muy buenos y él se comunicó con mi profesora, y en aquel entonces, entre otras personas, se comunicó conmigo y me dijo que había oportunidad de ir a México y yo dije que sí. El patronato envió una invitación y por ese medio tramitaron la Visa. Eso fue en octubre de 1999".
“La Camerata ha tenido un gran desarrollo durante todo este tiempo. Tener una orquesta como la Camerata de Coahuila ha abierto las puertas a la música clásica en la región, prácticamente tengo más de veinte años de estar aquí y ha cambiado y crecido mucho porque cuando llegué éramos solo dos violas”.
Como la mayoría de sus compañeros, Yulia Mokhnatkina actualmente da clases particulares de violín, también en el Centro Cultural La Jabonera y en la Orquesta Sinfónica Juvenil de Torreón.
EGO