Frente al Zócalo de la ciudad de Zacatlán se localiza una casona de más de 170 años de antigüedad, la cual pertenecía al general insurgente José Ramón Márquez Castro y después pasó al coronel Ramón Márquez Galindo, quien destacó durante la guerra de Reforma y la segunda intervención francesa en México.
Por estos hechos, el gobernador Juan N. Méndez realizó un decreto en 1884 el cual dictaba que el municipio se llamaría Zacatlán de Ramón Márquez, lo que por causas desconocidas, después se modificó. Algunos creen que este cambio se dio porque ambos militares nacieron en el vecino municipio de Chignahuapan.
Felipe Guzmán Hernández, integrante del Consejo de Cronistas del citado municipio, indicó que este espacio es uno de los más antiguos de esa localidad, aunque no el más viejo, pero sí con la categoría de histórico por la trayectoria de sus propietarios.
“La historia dice que el pilar de la familia, don Ramón Márquez Castro, era originario de Chignahuapan, donde se casó y tuvo, me parece, dos hijos. Se vino para Zacatlán alrededor de los años 30, 40 del siglo XIX. Entonces empezó a vivir aquí, no sabemos originalmente dónde, pero finalmente adquirió el predio, la casa”.
Detalló que el general José Ramón formó parte de la Guardia Nacional durante la tercera década del siglo XIX, “y con esa guardia integra al ejército que en Puebla quiso enfrentar a los estadunidenses durante la invasión (…) pero no se da la batalla porque los estadunidenses ya habían dominado la Ciudad de México”.
Sin embargo, de alguna forma el general participó de 1847 a 1848 con el Ejército mexicano y en el conflicto de 1856 entre liberales y conservadores encabezó a la Guardia Nacional de Zacatlán, la cual abarcaba todo el distrito de la serranía.
El cronista indicó que por esta intervención a favor del gobierno liberal de Ignacio Comonfort, el general insurgente de origen poblano falleció en abril de 1856, “pero lo acompañó en ese momento su hijo, Ramón, por quien lleva su nombre esta casa. Ramón Márquez Galindo fue un héroe nacional ya que participó en la batalla del 5 de Mayo, junto con su hermano Vicente. Ambos se pusieron a la orden de Juan N. Méndez y participaron contra los franceses”.
Cuando inició dicha batalla, Méndez fue herido en el hombro por lo que fue trasladado a un hospital: “Su segundo era Juan Crisóstomo Bonilla, pero él no era militar sino profesor. Entonces, el que mejor podía desempeñar el cargo al frente del Sexto Batallón de la Guardia Nacional era don Ramón Márquez. Enfrentó a los franceses y esto le permitió tener un lugar especial en la historia”.
Asimismo, el general insurgente se convirtió en amigo de Porfirio Díaz, “lo demuestran una fotografía y diversos documentos (…) esto hizo que la familia Márquez Galindo tuviera una relación muy importante con quien fue presidente de México por más de 30 años”.
No obstante, el integrante del Consejo de Cronistas del citado aclaró que el militar falleció en febrero de 1877 y tres meses después Porfirio Díaz llegó al poder: “Juan N. Méndez, siendo gobernador del estado, mediante un decreto en 1884 le hizo un reconocimiento a don Ramón Márquez Galindo, donde dicta que a partir de esa fecha Zacatlán se llamaría Zacatlán de Ramón Márquez”. Con dicha denominación, el mandatario estatal englobó a ambos personajes.
Al fallecer el coronel Ramón Márquez, sus hermanos Vicente y Manuel, disfrutaron del aprecio de Porfirio Díaz, “como se puede ver en la sala. Ahí hay una carta que le envía el presidente a don Vicente Márquez”.
Por estos hechos, aunados a la amistad que el coronel liberal sostuvo con el general Ignacio Zaragoza, lo que también se puede comprobar con la fotografía de la estancia, esta casona está catalogada como histórica.
“La familia tiene algo muy peculiar, ha sabido conservar la edificación como fue en su origen. Ustedes entran a este recinto y encuentran un mundo distinto al que estamos acostumbrados porque se han conservado muebles, la arquitectura, vamos a entrar y van a sentir el cambio del tiempo, van a transportarse a un espacio del siglo XIX”.
Su valía: arquitectura original
Guzmán Hernández indicó que el inmueble, situado en la avenida José María Morelos número 4, es una de las pocas casonas en Zacatlán que conservan su originalidad: “Esta ha sido una de las casas más conservadas de la ciudad y de ahí su valor”.
En ese sentido, el cronista comentó que el inmueble más viejo de esa localidad es el Templo Basilical de San Francisco, “que toda la gente equivocadamente llama convento, porque el término convento simboliza mucho más que un templo. Un convento es una casa conventual, es una huerta, una hortaliza, un espacio amplísimo”.
Por ello, la valía que tiene la casa Ramón Márquez consiste en su arquitectura, mobiliario y estructura que se ha conservado: “Además le han dado una belleza especial, ahora tiene otra finalidad, ya no es solo habitación de la familia, sino que se utiliza para algunos festejos o eventos sociales”. Asimismo, ha sido locación de telenovelas y de reportajes de carácter costumbrista.
Guzmán comentó que al iniciar su construcción en el siglo XIX se muestra una arquitectura neoclásica, “y lo vemos por la influencia que tiene el Palacio Municipal, donde se utilizan elementos propios del neoclásico”. El avance de la arquitectura le dan aportaciones del estilo neocolonial, “porque aparecen elementos que se utilizaron en la época virreinal y luego se retoman para crear lo que se llama la arquitectura neocolonial, de la segunda mitad del siglo XIX”.
No obstante, el espacio ha sufrido intervenciones, “pero son pocas. Podemos observar que la entrada de la cocina ya es más moderna, pero es muy poco lo que se le modificó. La mayor parte de la estructura se conserva original. Los marcos de puertas son de madera y fueron en su originalidad”.
Esto mismo se puede notar en los marcos de las ventanas, las camas y travesaños, “que son de madera, los muebles que están en la sala, que son muy antiguos. A lo mejor me corrige luego el dueño, pero son de principios del siglo XX y mucho del mobiliario data de finales del siglo XIX”.
De los materiales para la edificación, comentó que en la Sierra Norte de Puebla se empleaban la piedra, el adobe, el tabique y la madera, “así como algo de metales, como lo vemos en la verjita bordeando el pasillo. Son los materiales típicos de la arquitectura vernácula serrana, porque en nuestra Sierra Norte lo que más se utiliza es la piedra, el ladrillo, la madera y la teja”.
El inmueble, de dos plantas, tiene su armadura de madera, “su tapanco (plataforma elevada que se construye por debajo del tejado de una casa y se usa para almacenar cosas o para dormir), su estructura de soporte de madera, pero es cubierta con teja”.
Además, como en esta localidad llueve mucho, “ahora menos, pero llueve, a veces llovía meses, era necesario utilizar este tipo de recubrimiento”. La decoración, que todavía se puede ver la original, proviene de los principios del siglo XX: “Las cenefas que estamos observando ya pertenecen a los primeros años del siglo XX”.
Nombre del municipio
Sobre el retiro de la denominación de Zacatlán de Ramón Márquez, el cronista aceptó que existe un dato preciso, sin embargo, se estima que pudo ocurrir a finales del siglo XIX y principios del siguiente.
“No sé bien a quién se le ocurrió eliminarlo (…) Hubo una escuela que llevó el nombre de don Ramón Márquez, pero en 1947 desapareció. Los niños pasaron a otro edificio, pero con otro nombre”.
Además, recordó que con esa denominación se nombró una calle, pero también se modificó: “Le pusieron Ampliación Reforma (…) digo que es injusto porque no se le ha reconocido como debe de ser. El Palacio Municipal se construyó por su iniciativa”.
Por último, comentó que los primeros moradores fueron don José Ramón Márquez Castro, su esposa y sus cuatro hijos.
AFM