En ZⓈONAMACO la variedad de piezas de arte roba la atención, pero una escultura en particular, por sus colores y porque está realizada a partir de piñatas, obliga a mirarla. La pieza es del mexicano Rubén Ortiz-Torres, quien fue seleccionado junto a Ana Roldán y al brasileño Laercio Redondo para formar parte del esfuerzo Arte sin fronteras.
A través de LIFEWTR estos tres artistas intervinieron botellas de agua que serán puestas a la venta en todo el país con el objetivo de “acercar el arte a la gente”, expresó a MILENIO el curador José Falconi.
“El arte contemporáneo, especialmente, tiene ese pequeño problema de estar muy alejado, este es un esfuerzo mayor, la gracia e importancia de LIFEWTR es que es una plataforma para arte joven del país, que tiene algo que ninguna otra, la capacidad de hacer circular el arte a un nivel macro, porque no todos se pueden comparar una obra, pero sí una botella de agua”, agregó.
Así, también se logra el propósito fundamental de los artistas, “tener esa capacidad de circulación y exposición”, explicó Falconi, quien también alabó la capacidad que Ortiz-Torres, Roldán y Redondo mostraron para “hacer cosas locas, crear cosas interesantes, que no hubieran estado en una galería, que son más experimentales”.
Rubén, Ana y Laercio, expresó José, podrán llegar a un público al que generalmente no tendrían acceso, para mostrar su interpretación de un arte que no sabe de fronteras: “No hay artista que mejor trabaje el intercambio de movimiento, del cruce de fronteras, como Rubén, por su trabajo entre México y Los Ángeles, con varios géneros de pintura y una serie de cosas.
“Toda su obra es de no tener fronteras, de ser capaces de decir: ‘la cruzo, me muevo, me mudo’, eso se vuelve algo central, por eso pensé en él como estandarte. Ana es una artista que ha trabajado toda su vida en Suiza y Laercio vive entre Río de Janeiro y Estocolmo, entonces de alguna manera hay esa idea, de que el arte te lleva a otro lugar”, abundó.
Falconi está convencido de que “todo es reciclaje en el arte, nada es, entre comillas original, a pesar de que creamos en la originalidad, pero todo es básicamente una reinterpretación de todo”, por eso abraza la curaduría de Arte sin fronteras con “gran responsabilidad, lo que se hace es buscar los artistas que vean en esto una gran oportunidad.
“Que entiendan que esto es un horizonte gigante; en el caso de Rubén es que la playera que encontró hace 20 años en Tijuana, la imagen regresa transformada en una botella y a las calles, de allá y aquí, es lo impresionante de este circuito virtuoso. Fue bonito trabajar con la capacidad de los artistas para hacer cosas que no podían en otro lado y llegar a otros públicos”, finalizó.
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