La puesta en escena olímpica de Carlos Alcaraz ante el libanés Hady Habib careció de sobresaltos, fue un tránsito en llano, un trámite, ideal para calentar motores, aparcar de momento el objetivo individual y centrarse en la faena de dobles que junto a Rafael Nadal debe cumplimentar en esta primera sesión de París 2024.
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La principal baza española de podio en el torneo olímpico de tenis necesitó poco más de una hora, un total de setenta y dos minutos, para redondear su victoria por 6-3 y 6-1 ante un adversario al que el entusiasmo apenas le sirvió para aplacar un daño mayor, tal y como se presumía en el inicio.
Es un desconocido el libanés, que entró en el cuadro de rebote, a última hora, cuando nadie lo pensaba. Fue la baja del polaco Hubert Hurckaz lo que le llevó a ser olímpico y coincidir con uno de los jugadores de moda, con el de mayor repercusión en los últimos tiempos, con el ganador de Roland Garros y Wimbledon.
No existen referencias de Habib, que solo ha jugado un partido en el circuito profesional y que está fijado por la ATP en el puesto 259, el mejor de su carrera. Fue superfluo el equilibrio del primer juego del partido, en el que coincidieron el empuje del libanés con los nervios del debut olímpico del tercer jugador del mundo. Fue la única ocasión de 'break' que tuvo en el primer set y la primera de las dos de que gozó en el partido.
No hubo más inquietud para Alcaraz, que sacó adelante ese juego y se puso con un 3-0 que le facilitó la tarea. La diferencia entre uno y otro, enorme, despertó a la grada, que regaló su ánimo al libanés. Tenía ganas de tenis en una jornada de lluvia en Roland Garros, con casi toda la actividad provisionalmente cancelada.
De hecho, los espectadores estallaron cuando Habib logró hacerse con su primer juego, cuando cortó la racha de Alcaraz. Fue para ponerse 3-1. Fue acogida la presencia de Habib como algo exótico. Desconocido, que se ganó por oficio el cariño y la comprensión de los asistentes, que terminaron por crear en el recinto de la Suzanne Lenglen un ambiente más propio de Copa Davis que del Grand Slam que se disputa cada año, cerrado en esta oportunidad a causa de la lluvia.
Pero ni siquiera eso valió para alargar el partido. Alcaraz se centró en, con lo justo, ganar su saque y cerrar la manga. Después, el libanés pagó el esfuerzo físico y el emocional. Y decayó. Fue más fácil para el español, que amarró la victoria en una hora y doce minutos.
El jugador de 21 años, ganador de cuatro Grand Slam y que puede hacer historia si gana el oro, se enfrentará en segunda ronda al ganador del duelo entre el neerlandés Tallon Griekspoor y el británico Cameron Norrie.
Pero eso será otra cosa, porque Alcaraz tiene pendiente otra misión en una intensa jornada. El compromiso del torneo de dobles. Junto a Rafael Nadal. Jugarán en el primer turno de la sesión nocturna, a las 19.00 horas, contra los argentinos Máximo González y Andrés Molteni.
AVV