Felipe Muñoz Kapamas escribió con letras de oro su nombre en la historia del olimpismo mexicano al convertirse en el primer y único ganador de una medalla de oro en la natación olímpica.
Apodado el Tibio debido a que los 11 años en la alberca donde entrenaba en el Seguro Social, se quejó de que el agua un día estaba fría y otras veces caliente, fue por ello que sus compañeros decidieron adoptarle el sobrenombre con el que mundialmente se dio a conocer.
Corría el año de 1968, los Juegos Olímpicos se celebraban en nuestro país, con tan solo 17 años un joven llamado Felipe Muñoz debutaba en la máxima justa, y qué mejor que en casa. Lo mejor estaba por venir, y es que en la prueba de los 200 metros estilo pecho marcó los mejores tiempos de la clasificación, pese a tener los mejores registros, no se posicionaba como el favorito para la Final, no obstante, el mexicano terminó por imponerse al predilecto Vladimir Kosinsky en la Final, cuando faltaban 25 metros de distancia.
Culminó con un tiempo de 2 minutos 28 segundos y 7 centésimas, En ese momento la alberca olímpica Francisco Márquez, estalló de júbilo al ver al de casa colgarse la medalla de oro, gritos, aplausos y gente llorando dejaron marcada aquella tarde. Mientras que un joven Muñoz se regocijaba en el agua por la proeza lograda.
El Himno Nacional Mexicano se entonaba por primera vez en la natación olímpica. Ya en el podio se le podía ver al llamado Tibio Muñoz muy conmovido mientras derramaba lágrimas. Su gesta es recordada como una de las más grandes en la historia del olimpismo mexicano.
Posterior a este logro, Muñoz volvió a competir en Munich 1972, aunque no obtuvo ningún metal, si se colgó un digno cuarto lugar. Cerró su gran carrera con dos oros y y una plata en los Centroamericanos de Santo Domingo.
Al finalizar su carrera siguió ligado al deporte y fue nombrado jefe de la delegación mexicana en Atlanta 1996, y años más tarde ejerció como presidente del Comité Olímpico Mexicano, puesto al que renunció en 2012.
RGS