Los Juegos Olímpicos son conocidos no solo por reunir a los mejores atletas del mundo, sino también por generar amistades y fomentar la camaradería.
Uno de los mejores ejemplos de esto ocurrió en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, en los que nacieron las "medallas de la amistad", forjadas a partir del cariño y la admiración entre dos compañeros.
Los japoneses que empataron
Sueo Ōe y Shuhei Nishida eran miembros del equipo de atletismo japonés y competidores en el salto con garrocha.
Durante el evento, 25 mil espectadores vieron cómo los últimos cinco competidores en el salto con garrocha lucharon por las medallas. Todos rebasaron la marca de 4.15 metros de altura y era momento de ir por el oro. Varios competidores se retiraron, pero Earle Meadows de Estados Unidos, superó los 4.35 metros, lo que fue suficiente para asegurar el primer lugar.
Así llegó el momento en que Bill Sefton, Sueo Ōe y Shohei Nishida debían competir por la plata y el bronce. Sefton no pasó el listón durante el salto; los competidores japoneses sí, pero y había que desempatar entre los dos amigos.
Ninguno de los dos atletas japoneses estaba dispuesto a competir por la plata relegando a su compañero al bronce, pero los oficiales olímpicos pidieron al comité japonés que decidiera quién se llevaba la plata y quién el bronce. La decisión fue otorgar a Nishida la plata, ya que era mayor en edad y había alcanzado los 4.25 metros en un solo intento; mientras que a Ōe le había tomado dos (regla que luego se implantaría incluso para otras disciplinas).
Si la historia terminara ahí, sería lo suficientemente emotiva, pero lo mejor pasó cuando los compañeros regresaron a Japón.
Una medalla única
Al llegar a su país, lo primero que hicieron fue acudir a un joyero. Cada uno le dio la medalla para que la partiese por la mitad y las volviera a fundir. Ambos tendrían la de plata y la de bronce en una sola.
Al año siguiente, Ōe batió el récord de Japón en salto con garrocha, que estuvo vigente 21 años. En 1939, se enroló en el Ejército Imperial con motivo de la Segunda Guerra Mundial. Murió en la batalla de Wake, el 24 de diciembre de 1941. Tenía 27 años.
Mientras que Nishida siguió compitiendo, llegando a ganar en 1951, a los 41 años, un bronce en los Juegos Asiáticos. Fue árbitro internacional, vicepresidente de la Federación Japonesa de Atletismo y miembro del Comité Olímpico nipón. El 13 de abril de 1997, con 86 años, Shuhei Nishida falleció en Tokio, víctima de un ataque al corazón.
RGS