Al badmintonista Ramón Garrido los Juegos Olímpicos se la habían negado hasta dos veces, pero fue en la tercera donde encontró la recompensa a su insistencia en la que se sobrepuso a varias lesiones, e incluso superó una enfermedad que puso en riesgo su vida cuando se perfilaba para clasificar a Río 2016.
Ahora que ya tiene la clasificación a París 2024, Ramón tiene como objetivos disfrutar la competencia y ganar un juego en Juegos Olímpicos, lo cual un badmintonista nacional no ha logrado hasta la fecha.
¿Cómo te sientes de tener en tus manos este boleto olímpico tan anhelado?
Es bastante relajante estar en este momento después de este año tan caótico. La clasificación se dio por ranking, han sido más de 22 torneos en el año olímpico, más Juegos Centroamericanos y Juegos Panamericanos, pero estoy demasiado feliz por lograr la clasificación olímpica después de tantos tropiezos en mi carrera deportiva.
¿Qué tipo de tropiezos has pasado?
Es una carrera muy larga la que he tenido, ya que inicié en este deporte desde muy joven. Tuve una enfermedad que, si seguía avanzando, pudo arrebatarme la vida en pleno proceso olímpico de Río 2016. En ese entonces iba adelante en la clasificación y la enfermedad me deja fuera los últimos meses, por lo que fue bastante complicado el momento anímico y mental. Después, en el ciclo de Tokio 2020, vinieron una serie de lesiones en mi rodilla, con ocho cirugías en ambas rodillas, por lo que tuve mala suerte en mi carrera, así que fueron momentos duros, renuncié al deporte y regresé. Por algo pasan las cosas, todo lo que me pasó me hizo más fuerte, mejor atleta y mejor persona, así que estoy bastante feliz de haber clasificado a mis primeros Olímpicos.
¿Qué tipo de enfermedad te dio y que no permitió continuar con el proceso olímpico?
La enfermedad se llama rabdomiólisis y fue por romper fibras musculares en un entrenamiento, las cuales liberan pequeñas toxinas que tiene que ser filtradas por el riñón, pero yo ya estaba rompiendo el músculo, tenía muchas lesiones y hasta que un día intenté orinar, no pude, pero 15 minutos saqué pura sangre coagulada. Varios médicos no daban con el dictamen, me dijeron que era algo renal, pero no sabían la causa. Por lo tanto, me fui a España a atenderme con el doctor José Naranjo y me hicieron una prueba de CK y en el rango los atletas de alto rendimiento deben estar entre los dos mil y dos mil 500, pero yo ya estaba muy cerca del paro cardiorrespiratorio por tanta toxina liberada que puede afectar el corazón.
Ya no luchaste por una plaza olímpica, sino por tu vida…
Eso no lo ves hasta que uno lo vive y me tocó cuando tenía tan solo 19 años. En ese momento no me tocó verlo tal cual como estaba luchando por mi vida, sino que estaba molesto conmigo mismo porque estaba a nada de terminar el ciclo y con buen ranking, así que sentí mucha impotencia y lo quería seguir intentando, pero ya no estaba en las condiciones para hacerlo. Honestamente fue un ciclo que no lo superé hasta muchos años después. Ahora estoy feliz de poder superar todo esto y estar en la posición en la que me encuentro.
¿El ciclo de París 2024 fue menos complicado?
El ciclo no inició de la mejor manera ya que empecé en el 400 del mundo, lo que es estar bastante lejos del objetivo olímpico donde tienes que estar dentro de los primeros 60 para clasificar, por lo que tuve que remar contra corriente todo el ciclo, no fue fácil jugar más torneos, pero poco a poco los resultados se fueron dando. En noviembre del año pasado tuve una lesión en el tobillo, pero pude seguir adelante para terminar con la clasificación”.
¿Qué expectativa tienes para París 2024?
Ahorita el primer objetivo es disfrutar el momento, he tenido que pasar por muchísimas cosas a lo largo de mi vida deportiva y personal. El segundo objetivo es ir a París bien preparado e intentar ser el primer mexicano en ganar un juego olímpico, lo cual ya sería algo muy bonito de manera personal y para el país.
Las Claves
Familia futbolera
Ramón es hijo del ex futbolista profesional Marco Antonio Garrido, quien jugó en Tigres, Tampico Madero y Atlas, en los 80 y 90, mientras que su hermano Alberto jugó para los Diablos Rojos de México y Sultanes.
La decisión
Garrido estuvo en las Fuerzas Básicas de Tigres y también practicaba el bádminton, pero a los 12 años de decidió continuar con el bádminton a pesar de ser un deporte que no es difundido.
MGC