Al América le falta una chispa de luz en ataque, el cuadro de Coapa fue un equipo voluntarioso, pero que no tuvo fortuna en algunas ocasiones en las que llegó a acariciar un gol. Empató 0-0 con Querétaro en La Corregidora, con la tarea de seguir evolucionando, pero sobre todo de encontrar soluciones en ataque.
El cuadro de Coapa era el que tenía las ideas más claras para desarrollar su partido; buena recuperación en el centro del campo, pero en ataque no encontraba la lucidez para poder elaborar jugadas de peligro. Ni Lainez ni Suárez lograban desequilibrio por sus bandas, era más centralizado el juego de los americanistas.
Roger era el punto de referencia, el colombiano es un tipo que sabe vivir fuera del área y eso fue un dolor de cabeza para la defensa de los Gallos, pero el mismo cafetalero fue el que se perdió la más clara.
Un centro desde la izquierda llegó a la otra banda, Leo Suárez controló y ante la salida del portero Aguerre tocó para Martínez, quien buscó picar la pelota, pero el colombiano la acabó echando por un costado.
El juego se hizo más físico, con ritmo muy lento y carente de aceleración. Con América buscando en disparos de media distancia que tampoco tuvieron buen destino.
Y Querétaro, que pasó desapercibido en el primer tiempo, tuvo una en el arranque del complemento, pero también la desperdició. Un veloz contragolpe llevó a Olivera a asistir a Sosa, pero Nicolás, en franca posición en el área, golpeó la pelota con la espinilla.
Otro grito de emoción contenida se dio al 63’, a la salida de un córner, Bruno cabeceó, el portero Aguerre salvó prodigioso y Sosa se barrió antes de que llegara Lainez para empujar. Y luego Reyes puso la pelota en el travesaño con un tiro desde la frontal.
Era partido de una sola bala, pero no hubo un pistolero que tuviera una carga en la recámara. No hubo más, el esfuerzo no le alcanzó al América, que echó de menos gente con más peso en ataque, porque la lucha de Roger no fue suficiente.