Llegó el momento de la verdad para los Jefes de Kansas City y las Águilas de Filadelfia. Los dos mejores equipos de la NFL se ven las caras en el escenario más importante del deporte en Estados Unidos: el Super Bowl LVII. El State Farm Stadium será el inmueble que verá un choque que, en el papel y las estadísticas, promete ser emocionante, aún cuando cualquier cosa puede pasar en el emparrillado.
Kansas City espera ganar el tercer anillo de su historia, con cuatro visitas previas, que se han repartido en victorias (IV y LIV) y derrotas (I y LV); Filadelfia tiene su cuarta oportunidad de disputar el Gran Juego, con la encomienda de conseguir su segundo trofeo Vince Lombardi, tras quedarse con la gloria hace cinco años (LII) y caer en las dos oportunidades anteriores (XV y XXXIX).
Será la primera vez que Jefes y Águilas se vean las caras en la búsqueda del título, ya que nunca lo hicieron en un Supertazón ni en los antiguos campeonatos de la NFL. Será un partido emocionante, en el que Andy Reid y Nick Sirianni contarán con prácticamente todas sus piezas para entablar una partida en la que la estrategia lo será todo.
Ofensivas casi a la par
Si comparamos a los equipos, nos daremos cuenta de que sus rosters tienen calidad en prácticamente todas sus filas. Es verdad que Patrick Mahomes carga con la experiencia, pero Jalen Hurts dejó en claro que tiene las credenciales para ser el quarterback que las Águilas necesitaban, por lo que los dos son serios candidatos al MVP de temporada regular.
Ambos fueron responsables de que sus equipos fueran la primera y tercera mejor ofensiva de la campaña, con los Bills de Búfalo entre ellos. Ambos equipos tuvieron 14 partidos con 21 o más puntos, por lo que existe la posibilidad de que este partido ofrezca una cifra alta en el marcador.
No sorprende que Filadelfia haya sido la mejor ofensiva terrestre en playoffs y la quinta en temporada regular, con el buen trabajo de Miles Sanders, la versatilidad de Hurts con el acarreo y la confianza que dan Kenneth Gainwell y Boston Scott en el backfield, sobre todo esta postemporada. Kansas City ha sufrido por lesiones, pero Isiah Pacheco, elegido en séptima ronda este año, ha cumplido y tomado relevancia en los últimos partidos.
Travis Kelce es el objetivo favorito de Mahomes y el mejor ala cerrada de la actualidad, ganándole el cara a cara a Dallas Goedert, quien ha hecho méritos para consolidarse en la posición. En lo que a receptores se refiere, Filadelfia tiene un arsenal más profundo, con A.J. Brown, DeVonta Smith y Quez Watkins, quizás un escalón arriba del trío conformado por JuJu Smith-Schuster, Marquez Valdes-Scantling y Kadarius Toney.
La línea ofensiva también tiene talento, siendo Jason Kelce, Lane Johnson y Landon Dickerson responsables de tener la mejor muralla de la NFL, con Creed Humphrey, Joe Thuney y Orlando Brown Jr. los responsables de cuidar la espalda de Mahomes.
Defensivas, una clave
Es aquí donde la balanza se inclina a Filadelfia, ya que fueron la segunda mejor en temporada regular en yardas permitidas y la que menos avance rival permitió en playoffs. Se habla mucho de sus 70 capturas, con cuatro jugadores por encima de los dos dígitos: Haason Reddick (16), Javon Hargrave, Brandon Graham y Josh Sweat (todos con 11). En Kansas City, solo Chris Jones (15.5) se acerca a dichos registros –George Karlaftis (6) y Frank Clark (5) están lejos de él–, lo cual habla de la capacidad de las Águilas para presionar al rival. De hecho, KC se quedó a 15 capturas por detrás de Philly.
La secundaria está bien cuidada en el campeón de la NFC, con C.J. Gardner-Johnson como colíder de la NFL en intercepciones y Darius Slay, quien se ha ganado su lugar como uno de los esquineros más peligrosos de la actualidad.
Es posible que la solución esté en la defensiva y es algo que los dos equipos tienen claro. Filadelfia buscará incomodar a Mahomes todo el tiempo, mientras que Kansas City deberá resistir y darle tiempo a su lanzador para las jugadas grandes y no caer como en el Super Bowl LV.
En el Super Bowl nada está escrito. Que gane el mejor.
DAO