La Liga Mayor de la ONEFA arranca esta semana y con ello pudiera surgir la duda para esos aficionados que están teniendo sus primeros contactos con el futbol americano nacional: ¿qué la hace diferente de la Liga de Futbol Americano Profesional de México (LFA)?
La respuesta es muy sencilla: la ONEFA reúne a lo mejor del futbol americano colegial de nuestro país; la LFA, por su parte, es un organismo de paga.
Para cumplir todo sueño, se empieza desde abajo, y es que así siempre ha sido para los grandes jugadores del futbol americano, pues los profesionales del máximo emparrillado mexicano, tuvieron que ser seleccionados a nivel universitario y, después, entrar en una serie de pruebas para pertenecer a la LFA.
Jugar a nivel colegial es un privilegio que pocos pueden gozar, y más si es para representar a tu universidad. El sistema de jugar entre amigos, no se compara con nada: que te regalen el equipo, comer en tu propio ‘restaurante’, que tengas tus primeras conferencias de prensa y jugar tu primer clásico como el de la UNAM vs IPN mientras escuchas las porras de las gradas… es algo que a cualquiera le enchinaría la piel.
La LFA ha sido el máximo aparador para varios ex jugadores universitarios provenientes de la UNAM, IPN, UANL, Tec de Monterrey, UAEM, UDLAP, entre otros colegios, ya que, al querer dedicarse de lleno al deporte, por fin encontraron un lugar que no fuera en otro país.
Otro factor importante para la LFA, es que, pese a que son ocho equipos oficiales en la liga, han servido para ser el trabajo (con paga) para todos los jugadores, incluso, se mantiene como ese trampolín para los jugadores que se encuentran asistiendo en Canadá, en Europa, o buscan una oportunidad en la NFL como Andrés Salgado, Raúl Mateos o Jorge Carlos Maltos, entre otros.
Lejos de tener diferencias ambas categorías, se convirtieron en una guía para seguir cumpliendo los sueños de los jugadores. Lo único que destacaría es que en una hay paga de por medio.