Un mariscal de campo elegido en la segunda ronda del draft del 2011 por los 49ers de San Francisco. Llevó a su equipo al Super Bowl de la temporada 2012 y a la final de conferencia al siguiente año. Se convirtió en una joven estrella pero tras altibajos a nivel deportivo para 2016 había pasado a ser el quarterback suplente. Ese era Colin Kaepernick cuando decidió primero sentarse y después hincarse con una rodilla durante el himno nacional antes de cada juego como forma de protesta contra la violencia que sufre la comunidad afroamericana en Estados Unidos.
Pocos recuerdan la primera vez que Colin se manifestó, pues se dio en un partido de pretemporada ante los Green Bay Packers el 26 agosto de 2016. Y menos recordarán que de hecho la primera vez que no cantó el himno fue al permanecer sentado en la banca. La rodilla al piso llegaría una semana después el 1 de septiembre ante los Chargers donde desde entonces comenzó a ser abucheado. Anunció aquel día una donación de 1 millón de dólares para organizaciones sociales que apoyaran su postura.
Su mensaje desde el inicio fue claro "No me voy a parar y mostrar orgullo por una bandera de un país que oprime a la gente negra y de color. Para mí esto es más grande que el juego y sería egoísta de mi parte mirar hacia el otro lado. Hay cuerpos en la calle y la gente se sale con la suya en los asesinatos." Barack Obama lo apoya públicamente, mientras que el comisionado Roger Goodell declara que no está particularmente de acuerdo con sus acciones. Para el 11 de septiembre un día completo de actividad en la temporada regular, varios jugadores se unen a la protesta. Y para finales de mes tras la furia de Donald Trump empieza la primera guerra de declaraciones.
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Hoy lo podríamos describir mejor como un activista americano que un atleta, pero fue gracias a su profesión que logró, aunque no haya sido inmediato, generar un cambio. Colin Kaepernick jugó su último partido en la NFL el 1 de enero de 2017.
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