La NFL regresó y lo hizo con muchas emociones y sorpresas en su primera semana de actividades. Los 32 equipos comenzaron su camino de 17 semanas de temporada regular rumbo a los playoffs y un final bien marcado en el mapa y el calendario: 12 de febrero de 2023 en Glendale (Arizona), la casa del Super Bowl LVII.
Y esta primera semana nos dejó muchas primeras impresiones que podrían ser de dos: o un indicio de lo que pueden ser las campañas de ciertos equipos… o simplemente un partido que no puede definir qué tan bien o qué tan mal encararán lo que resta del calendario. El tiempo lo dirá.
Los que están cumpliendo los pronósticos
Conforme se acercaba la temporada, las casas de apuestas deportivas tenían algo claro: los Bills de Buffalo son los favoritos para ganar el Super Bowl LVII. Y lo demostrado en el kickoff reforzó esa idea.
El ganarle al campeón reinante por 21 puntos y los redujeron a solo 10 unidades en el electrónico (31-10). La defensiva hizo su trabajo al tener prácticamente borrados a Cooper Kupp y Matthew Stafford (a quien capturaron siete veces). Además, Josh Allen demostró que tiene lo necesario para comandar el ataque de Buffalo, además de sumar su primer mérito en la carrera para el MVP.
Los Jefes de Kansas City demuestran que todavía tienen mucho que dar, aún sin Tyreek Hill. La actuación de Patrick Mahomes sobre los Cardenales de Arizona fue espléndida, con cinco touchdowns. Además, la defensiva lució bien —algo inesperado por algunos— con tres capturas sobre Kyler Murray, quien no la pasará fácil sin DeAndre Hopkins por cinco partidos más.
En este aspecto tampoco podemos olvidarnos de los Bucaneros de Tampa Bay, en la que se perfila que —ahora sí— sea la última temporada de Tom Brady. Es verdad que el quarterback solo consiguió un touchdown y fue interceptado, pero el equipo fue dominante y mantuvo a los Vaqueros de Dallas prácticamente desaparecidos del mapa. Lo único que preocupa en el equipo es qué suceda con Donovan Smith y Chris Godwin, quienes salieron tocados en el partido.
Las sorpresas
Parece que en Chicago hay ilusión por mejorar. Lejos de lo esperado, los Osos comenzaron con un triunfo ante los 49ers de San Francisco y Justin Fields tuvo su primer inicio de temporada con números discretos (8-17 en pases para 121 yardas, dos touchdowns y una intercepción), pero supo manejar la situación a su favor y que el apoyo terrestre (37 acarreos) les beneficiara en un correcto manejo de reloj.
Parece que los Gigantes de Nueva York están dando el primer paso importante volver a esa mentalidad ganadora que les permitió triunfar en sus dos últimos Super Bowls (XLII y XLVI), pero necesitarán aún mucho trabajo por delante. De cualquier forma, el triunfo ante los Titanes de Tennessee tiene mucho mérito al ponerle freno a Derrick Henry y una gran vuelta de Saquon Barkley, con 164 yardas y una anotación en 18 acarreos (9.1 yardas por intento). Además, destaca el hecho de que el head coach Brian Daboll decidió arriesgar y salió ganando con una conversión de dos puntos que les dio el partido. Fue decisión un tanto arriesgada, pero que no terminó en tragedia.
Las decepciones
El otro lado de la moneda. Los 49ers de San Francisco comenzaron mal la era de Trey Lance como su quarterback y se fue con 164 yardas (13-28 en pases) y una intercepción. La lesión de Elijah Mitchell (esguince de MCL) que sufrió en la primera mitad, lo tendrá fuera por hasta dos meses, con lo que San Francisco puede perder profundidad por tierra.
Los Bengalíes de Cincinnati dieron una mala actuación ante su gente y cayeron en tiempo extra ante unos Acereros de Pittsburgh que, en el papel, iban a tenerla difícil ante los actuales campeones de la AFC. Y es que no hay que dejarse engañar por el marcador final (23-20), pues el equipo perdía ante los Steelers por 17-6 al medio tiempo. Joe Burrow intentó reaccionar para el empate… pero no se debe olvidar que cargó con parte de la responsabilidad con cuatro intercepciones, la cifra más alta en su carrera. Claro que la línea ofensiva, el talón de Aquiles de este equipo, no ayudó, aún cuando fue la prioridad en la agencia libre.
Mención aparte a Evan McPherson, quien tuvo en su pierna doble oportunidad de ganar el partido: un punto extra que le taparon en los ultimo segundos y que habría sido el del triunfo y un gol de campo que erró en dirección. Cincinnati tuvo esas dos claras oportunidades de ganar, pero se fue con las manos vacías.
Para los Potros de Indianápolis, un empate 20-20 ante los Texanos de Houston, que se perfilan para ser el peor equipo, no es alentador. Mucho menos si tienen en Jonathan Taylor al mejor corredor de 2021 y se trajeron a Matt Ryan como el quarterback que esperan sea la solución en la posición.
Lesiones, el principal problema
Los Vaqueros no tuvieron un buen desempeño ante los Bucs… pero esa no es la principal preocupación que hay en Dallas.
La lesión de Dak Prescott (pulgar derecho) lo tendrá fuera hasta ocho semanas, lo cual ya supone un problema para un equipo que no lució bien aún con él en el emparrillado. Para ello, Cooper Rush, quien pertenecía a la escuadra de practicas, se perfila para tomar la titularidad, aunque no parece un jugador alentador, menos si se queda sin un receptor con Michael Gallup.
En Pittsburgh salió cara la victoria ante Cincinnati. En el último cuarto, T.J. Watt abandonó el campo por una lesión y los Acereros temen que se trate de un desgarro pectoral, el cual podría tener fuera al actual Jugador Defensivo del Año por toda la temporada. Quien también salió mal fue Najee Harris (pie), por lo que no se sabe el tiempo de recuperación.
El apretado triunfo 38-35 de las Águilas de Filadelfia sobre los Leones de Detroit también supuso un costo: el pass rusher Derek Barnett sufrió una rotura de ACL, con lo que estará fuera por toda la campaña.
OMCS