Lincoln Riley recordará esta temporada de Oklahoma durante mucho tiempo. Se necesitó mucho para llegar al final, con dos trofeos importantes.
Los Sooners navegaron a lo largo de la temporada jugando bajo la nube de una pandemia, y su primer inicio 0-2 en Big 12 desde 1998, para ganar su sexto título de conferencia consecutivo, luego lo concluyó con un abrumador 55- 20 sobre Florida, subcampeón de la SEC, décimo clasificado, por la noche en el Cotton Bowl, el primer partido de los Seis de Año Nuevo que se juega.
Spencer Rattler lanzó para tres touchdowns y corrió para otra anotación, y Rhamondre Stevenson corrió para 186 yardas para los Sooners (9-2, No. 6 CFP), quienes ganaron el Cotton Bowl en el mismo estadio de la NFL donde 11 días antes reclamaron su victoria. último título de Big 12. Lideraron 17-0 en los primeros siete minutos en camino a la mayor cantidad de puntos y yardas (684) que jamás hayan tenido en un juego de tazón.
Los Sooners tuvieron 435 yardas por tierra, incluidas 110 del estudiante de primer año Marcus Major. Promediaron 10.52 yardas por jugada en general, la mayor cantidad jamás contra un oponente de Power 5 en un juego de tazón, según STATS.
Rattler lanzó un pase de touchdown de 27 yardas a su compañero de primer año Marvin Mims en la primera serie del juego, y la primera posesión de Florida terminó con una intercepción de 45 yardas de Tre Norwood para un touchdown. Esa fue la primera de tres selecciones lanzadas por el mariscal de campo finalista del Trofeo Heisman, Kyle Trask, en el primer cuarto, después de solo cinco en toda la temporada.
Oklahoma jugó en su sexto juego consecutivo de Six Bowl de Año Nuevo, pero las últimas tres temporadas habían perdido juegos de semifinales de Playoffs de fútbol universitario mientras cedían un promedio de 54 puntos a diferentes equipos de la SEC.
Los Sooners terminaron esta temporada con una racha ganadora de ocho juegos. Su inicio de 0-2 en la Big 12 los sacó efectivamente de la contienda por los playoffs a mediados de octubre.