Aunque otros lo han eclipsado en algunos capítulos del libro de récords, el legado de Peyton Manning en la NFL prevalecerá mucho más allá de 2021.
Manning, el quarterback cuya atención meticulosa a los detalles ayudó a transformar el futbol americano del siglo XXI en una partida de ajedrez, reservó el sábado su lugar en el Salón de la Fama, en el primer año en que podía ser elegido.
Manning, hijo de la leyenda de los Saints Archie y hermano del bicampeón del Super Bowl Eli, ingresará este año como miembro del recinto de Canton. Le hará compañía otro candidato que apareció por primera vez en la papeleta, el defensive back Charles Woodson, quien lo superó en la conquista del Trofeo Heisman en 1997 y pasó después casi dos décadas intentando detenerlo.
También fue elegido Calvin Johnson, apodado Megatron, en su primera aparición entre los candidatos. Apenas nueve años de excelencia con los Lions como receptor bastaron para convencer al panel de votantes.
Serán exaltados también Alan Faneca, elegido nueve veces para el Pro Bowl y quien se perdió sólo un compromiso en 13 temporadas con los Steelers, Jets y Cardinals, así como John Lynch, el safety rudo que se ganó su mayor reputación en Tampa Bay, el equipo que enfrentará este domingo a Kansas City en el Super Bowl.
El receptor de los Cowboys Drew Pearson, el entrenador de raíces mexicanas de los Raiders Tom Flores y el viejo cazatalentos de los Steelers Bill Nunn resultaron elegidos respectivamente en las categorías de veteranos, entrenadores y contribuyentes de la liga.
FCM