Los Pittsburgh Steelers vinieron de menos a más para dominar en tres cuartos y ganarle a Las Vegas Raiders por 32-13, con lo que la cortina de acero regresó a la senda del triunfo y se coloca con marca de 4-2 en la temporada.
Un partido en el que Justin Fields vuelve a sentirse un tanto incómodo en el esquema ofensivo de los Steelers, ya que completó 14 de sus 24 pases para 145 yardas y fue capturado tres veces, pero sí lució por una de sus principales características: los acarreos. El quarterback fue 11 veces por tierra par 59 yardas y dos anotaciones, mientras que Najee Harris tuvo un fran partido con 106 yardas en 14 acarreos y una gran escapada de 36 yardas que terminó en la zona prometida.
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A los Raiders le sigue costando mover el balón por tierra: fueron apenas 57 yardas totales por esta vía, dos menos que las que solo consiguió Fields por Pittsburgh, cuyo total ascendió a 183 por tierra. Alexander Mattison tuvo 33 yardas en 14 acarreos y una anotación, además de que los corredores Ameer Abdullah (24 yardas) y Dylan Laube (0 yardas) tuvieron dos y un balón suelto, respectivamente, de los cuales dos terminaron en posesión de los Steelers.
Aidan O’Connell no lo hizo mal en su regreso a la ofensiva: el quarterback completó 27 de 40 envíos para 227 yardas, con un touchdown, pero también una intercepción. Las Vegas ahora tiene marca de 2-4 en la campaña.
Raiders inició bien
Los Steelers tuvieron la primera posesión del partido y Chris Boswell sumó los primeros puntos con un gol de campo de 52 yardas. Los Raiders respondieron y Alexander Mattison tuvo su tercer touchdown de la temporada al anotar en un acarreo de tres yardas, con lo que Las Vegas se puso al frente por 7-3.
Después de que ambos equipos despejaron, los de Pittsburgh recortaron distancias con otro gol de campo de Boswell (49 yardas). Entonces vino el tropezón de los malosos, del cual no volvieron a recuperarse: Dylan Laube tomó el ovoide y fue tacleado con pérdida de dos yardas por T.J. Watt, quien provocó el fumble y Keeanu Benton recuperó el balón, lo que permitió que los Steelers volvieran a la ofensiva.
Parecía que la jugada salvadora la iba a tener el equipo de Nevada, ya que Justin Fields buscaba a George Pickens y el balón fue interceptado por Divine Deablo; sin embargo, Matthew Butler cometió una costosa infracción de rudeza sobre el pasador, lo que anuló la entrega y le dio vida a los Acereros, que movieron cadenas y anotaron en cuarta oportunidad con un acarreo de tres yardas, aunque fracasaron en el intento de conversión.
Dominio de los visitantes
Las cosas fueron todavía difíciles en el tercer cuarto, ya que el despeje de AJ Cole fue bloqueado por Jeremiah Moon, con lo que Pittsburgh quedó en zona de gol. Pero a los visitantes se les complicó la serie, primero con un balón suelto de Fields que Jaylen Warren apenas recuperó, además de que le anularon un pase a Justin Fields porque ya había superado la línea de golpeo y lanzó hacia enfrente, por lo que se anuló la anotación de Pat Freiermuth. Pittsburgh cobró barato y Boswell anotó el gol de campo de 37 yardas.
El partido se inclinó hacia los Steelers en una de las grandes jugadas de la tarde: Najee Harris acarreó por el lado izquierdo del tackle, se quitó de encima a dos defensivos y tomó velocidad por la banda izquierda para saltar, estirar el balón y cruzar el plano imaginario para anotar; el punto extra, Pittsburgh amplió su dominio a 22-7.
Watt volvió a aparecer por la cortina de acero y provocó otra entrega: Ameer Abdullah iba a correr, pero el linebacker lo derribó y el balón quedó al alcance de DeShon Elliott; y aunque la ofensiva no avanzó y despejó, vino otra entrega cuando Aidan O’Connell hizo el pase arriesgado y no encontró a Brock Bowers en la profundidad, sino que Donte Jackson anticipó y lo interceptó, dejando a los Steelers en zona de gol.
Esa sí la aprovecharon y Fields corrió siete yardas para anotar; los Raiders, con todo el partido cuesta arriba, volvieron a aparecer en el marcador hasta el último cuarto cuando O’Connell conectó el envío de nueve yardas con Kristian Wilkerson; aunque no consiguieron la conversión de dos puntos, redujeron la diferencia a 13-29.
Pittsburgh recuperó la patada corta y avanzaron hasta territorio rival, aunque solo sumaron un gol de campo y apenas le bajaron un minuto al reloj.
RGS