El rojiblanco lució en distintos puntos de la perla tapatía, pero por una causa distinta a la habitual y es que los Kansas City Chiefs disputaron el Super Bowl LVII ante los Philadelphia Eagles y con ello llegó su tercer trofeo.
El Win65core fue testigo y casa de la hazaña al recibir a los Chiefs Kingdom Guadalajara, el club de fans más grande de los campeones en la ciudad.
Desde temprana hora, Paola, una de las dirigentes de los Kingdoms se dio cita en el bar para recibir a sus compañeros como cada domingo a lo largo de la temporada, entre ellos, Verónica junto a su esposo e hijo, que manejaron aproximadamente 50 minutos desde Amatitán para reunirse con sus compañeros y ver ganar a su equipo.
“Estaba difícil pero no me daba por vencida porque sabía que íbamos a ganar”
Esperanza que permaneció intacta incluso cuando la continuidad de Patrick Mahomes estuvo en riesgo.
“La verdad yo supe que iba a regresar, al verlo caminar fuera del campo cojeaba un poco pero sabía que iba a regresar porque él nunca deja a su equipo abajo”dijo Hector.
¡Venga Mahomes! se escuchaba con el marcador indicando el empate previo al medio tiempo.
La presentación de Rihanna dio un respiro mientras se entonaron algunas de sus canciones más icónicas como Diamond, We found Love y Umbrella. Inmediatamente después, Isiah Pacheco recortó a 3 puntos la diferencia con Philadelphia haciendo estallar el Win65core y comenzando la remontada.
“Pacheco, demostró bastante esta temporada para haber sido su primera con los 'Jefes'” dijo Verónica.
¡Kansas! ¡Kansas! Crecía el unísono con en empate 35-35 restando 11 segundos en el cronómetro y luego el gol de campo que los puso 38-35 provocó una breve celebración.
El silencio se hizo presente mientras los asistentes aguantaban la respiración viendo el cronómetro en cuenta regresiva.
4…3…2…1… Saltaron de sus asientos, gritaron y se abrazaron celebrando la conquista del máximo trofeo de la NFL y una pequeña parte de los asistentes, cabizbajos, presenciaron el momento.
Las pantallas mostraban al equipo en el centro del campo con “papelitos” nublando la visión del State Farm Stadium mientras la algarabía continuaba en el recinto.
Corcholatas cayendo, el sonido de vasos chocando en brindis…
“Vámonos a la Minerva” se escuchó al fondo pero la propuesta no fue secundada.
“Yo estoy dispuesto a ir a donde sea a celebrar la victoria” declaró Hector.
El nerviosismo se transformó en emotividad, sin duda, el Super Bowl LVII fue especial de principio a fin, tiempo que mantuvo a los fanáticos al borde del asiento y de las lágrimas, así lo vivió Alfredo.
“Mucha emotividad. Yo le voy desde el 93 desde que Montana llegó al equipo, fue mucho sufrir hasta ahora”
Y pese a las malas rachas y a los recientes triunfos, Alfredo y el resto de los miembros del Chiefs Kingdom Guadalajara declaran hoy y siempre:
“Somos Chiefs en las buenas y en las malas”.
JMH