Para un atleta de alto rendimiento, el talento no siempre basta para alcanzar las metas y el éxito, se requiere de una instrucción especializada, cuidados, trabajo intenso y una motivación que impulse a lograr todos y cada uno de los objetivos trazados, tal como ha sido la carrera deportiva de la poblana Ana Karen Mejía. Trayectoria que inició pasada la adolescencia como una ayuda para mejorar su salud, pero que detonó su potencial dentro del atletismo, especialidad que ha desarrollado de la mano de su entrenador Raúl Ramírez.
¿Cómo inicias en el mundo del deporte?
“Gran parte de mi infancia y mi adolescencia fueron sedentarias, llegué por casualidad al mundo de las carreras. Mi mamá comenzó a correr antes que yo por invitación de un tío, yo la veía correr pero al inicio no me llamaba la atención. Por cuestiones de salud, sobrepeso, tuve que buscar una actividad que me permitiera perder esos kilos de más, además por la edad, por la energía que tenía a mis 17 años y casi 68 kilos, por recomendación de una psicóloga fue donde de inicio de manera rebelde no quería unirme con mi mamá, comencé a ir al gimnasio, no duré mucho (…) al ver a mi mamá correr el medio maratón dije: ‘voy a probar’”.
¿Cuál fue tu primera experiencia en el plano competitivo?
“Cuando a mí me empezó a gustar, mi mamá me dijo que corriéramos una carrera de 5 kilómetros, dije: ‘bueno, los corro, no hay ningún problema’, pero yo siempre he sido muy acelerada, creo que en ese sentido fue algo bueno que en algún momento de mi vida llegara con un entrenador que me controlara (…) en aquel entonces, cuando vi la desviación se me hizo fácil irme a la carrera de 10 kilómetros, mi mamá se espantó muchísimo porque ya habían llegado todos los de 5, hasta que pasó una hora y 20 minutos y llegué a la meta. A partir de ahí me di cuenta que me gustaba mucho correr, iba en tercero de prepa en el Colegio Benavente, saliendo iba al Parque Ecológico, en una de esas visitas vi a muchos chavos entrenando, fui a pedir informes y me encontré al grupo del profe Raúl Ramírez”.
A partir de ese encuentro, ¿cómo cambió tu carrera?
“Me metí en un grupo donde había chicos que llevaban años entrenando, que tenían resultados a nivel nacional, medallas en Olimpiada, seleccionados. Más que afectarme, llegar ahí fue emocionante, me empezó a gustar todavía más, le empecé a echar muchas ganas, empecé a correr mejor, fue así como inició mi proceso a nivel competitivo. En 2014 busqué cómo entrar a Olimpiada Nacional, en una prueba en la que no había competido jamás, como dije, soy muy acelerada; había posibilidades de clasificar en los 3 mil con obstáculos, lo comenté con el profe, él me dijo que me podía lastimar porque no me había entrenado, no obstante, me apoyó. Fui a Querétaro, clasifiqué y desde ahí esa se volvió mi prueba, casi unos cuatro o cinco años corrí esa prueba”.
¿Cómo se da el cambio de los 3 mil a pruebas?
“Fue una prueba que me dio mucha alegría y satisfacciones. Representé a la Universidad Madero mientras estudié Lenguas Extranjeras. Del 2015 al 2018 fui campeona nacional de Conadeip, en mi último año doble medalla de oro en los 5 mil metros. Descubrí que tenía cualidades para correr en ese tipo de distancias, mi entrenador me lo había comentado pero estaba tan a gusto en los 3 mil, donde estuve pre seleccionada para Juegos Panamericanos, con una marca que está entre las mejores diez en la historia de México. Estaba enamorada de esa prueba, pero dije: ‘vamos a intentarlo’. En 2018 corrí mi primer medio maratón y quedé en primer lugar, pero seguía entrenando para 3 mil, a partir de ahí lo quisimos intentar para dar el salto en 2020, pero la pandemia no lo permitió”.
Con apenas unos meses de trabajo, ¿cuáles son tus objetivos?
“Empezar a correr 10 mil metros en pista, el medio maratón en ruta, con la mira a debutar en el maratón. En noviembre corrí el medio maratón de Puebla con un primer lugar, clasifiqué a mi primer nacional en la prueba de los 10 mil (...) esta vez fue en una nueva prueba, fue una gran satisfacción el debutar en ese evento que es el más importante en México, que fue selectivo para el mundial”.
¿Qué cambios has tenido con tu regreso a pruebas de fondo?
“Uno va cambiando mucho por dentro, a nivel psicológico y mental, te vuelves más fuerte, más resiliente. He aprendido mucho de mi entrenador, porque es alguien que cuida y respeta mucho los procesos, esa fue una de las cosas más importantes, ahora estoy en un momento diferente, tanto física como mentalmente”.
¿Cómo y dónde te ves en el futuro?
“Siempre supe que al terminar mi carrera deportiva, quiero estar del otro lado de las gradas dentro del mundo del deporte. Mi papá me apoyó en Administración Deportiva en la Universidad del Club Alpha, la experiencia deportiva me ha ayudado, pero la parte teórica me faltaba, es para mí fundamental. Inicié junto con mi entrenador la guía con un grupo de iniciación infantil hace dos años, estoy por terminar mi licenciatura, también inicié con Club Alpha y nació el Club Alpha Runners, soy la entrenadora principal en la parte recreativa, es otra faceta que cumplo, soy atleta, el tener logros es para compartirlos, para mover a otros, el inspirar a otros es el objetivo final”, concluyó.
AFM