Ana Paula Vázquez llegó a lo más alto de su carrera: ganar una medalla en los Juegos Olímpicos. Después de competir y ganar la final de tiro con arco contra las arqueras de los Países Bajos, México enloqueció con ella. En las redes sociales sus fans postean: “¡es mi crush!”; “te amo aunque tengas novio y no novia”; “es la Katniss Everdeen de México”; “mira mamá, la que flechó mi (emoji de corazón)”.
Antes de París 2024, tenía menos de 100 mil seguidores en Instagram, hoy llega casi al medio millón en esa red social y al millón en TikTok. Pero ¿qué es lo que ha despertado tanto furor?
La deportista encarna bien el arquetipo de Artemisa. En la mitología griega, Artemisa, hija de Zeus y Leto, simbolizaba la integridad en sí misma. Apoyó a su madre en el parto de su hermano Apollo, después de que nadie quisiera ayudarla por ser la amante de Zeus. Esto la hizo sensible a la protección de los más débiles. Cuando Artemisa nació, Zeus le preguntó qué era lo que quería y ella pidió: un arco y flechas, una falda corta para correr en el bosque, y un grupo de 70 ninfas que la acompañaran en la naturaleza. Nunca fue la mitad o pareja de nadie, tenía solo una actitud de cuidarse para sí misma.
Ana Paula Vázquez usó en cada competición de París 2024 una pechera, que sirve para proteger el pecho al soltar la cuerda. Esto me recuerda al mito de las amazonas. De ellas se decía que andaban con un pecho al descubierto o que incluso se quitaban un seno para tirar mejor. Las amazonas tenían vidas muy distintas a las de las mujeres griegas que eran confinadas a la vida del hogar, a lo privado. Estas amazonas provocaban el deseo y el respeto de los griegos. Exactamente lo que Vázquez provoca a los mexicanos.
El 28 de julio, dos días después de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024, el grupo femenil de tiro con arco salió a la Esplanade des Invalides, un complejo arquitectónico diseñado para los militares retirados y donde descansan los restos de Napoleón Bonaparte.
Iban Alejandra Valencia, de Hermosillo, de 30 años, y la más experimentada del equipo; Ángela Ruiz, que ese día cumplía 18 años, proveniente de Coahuila; y Ana Paula Vázquez, también de Coahuila, quien había sido la última en clasificar, luego de la operación en el hombro por una lesión que por poco le quita todo lo que hoy celebra.
“Yo me operé con el plan de ir a París 2024, y hasta septiembre de 2023 pude tomar un arco desde cero, sin libras”, dijo en una entrevista para la Conade. El objetivo que tenía entonces era lograr el Selectivo Nacional que definió los nombres de las tres plazas ganadas en el Campeonato Mundial de Berlín 2023. Para asegurar su lugar en el representativo olímpico tuvo que reclamar su lugar en la élite del tiro con arco mexicano.
Un lugar que Valencia y Ruiz ya tenían. De Tokio 2020, ella había quedado en el lugar 33 y por equipos en sexto. Quería su revancha.
Ana Paula Vázquez, la arquera que desafía los estereotipos
El 28 de julio llegaron a Les Invalides las tres vestidas con shorts y una playera roja con el nombre de México impreso. Se presentaron ante el público, sonrientes, luego de haber sorteado la falta de apoyo de la Conade, de haber recibido “lo mínimo” de las autoridades del deporte de su país. Ana Paula pedía la arenga del público y animaba a que más personas aplaudieran y apoyaran a México.
Meses antes, Ana Paula declaró: “Quiero que en París 2024 me vean contenta y decidida, porque es una sensación que conozco de toda la vida”. Y eso era lo que en cámara se estaba viendo: tres amigas compiten juntas y dan a la diana en puntajes de 8, 9 y 10. Primero cayeron en un apretado enfrentamiento contra las chinas 3-5.
Después buscaron el bronce en contra de los Países Bajos. Las holandesas venían vestidas de naranja, shorts y las uñas perfectamente hechas con los colores de la bandera de su país.
En cambio, Ana Paula llevaba las uñas pintadas con un esmalte verde oscuro que se veía desgastado. Quizá este detalle podría sonar banal, pero no lo es. Como mujer crecí escuchando mitos como que “las uñas de las mujeres revelan más de ti que cualquier otra cosa” o cosas como “no es cierto que los ojos son la ventana del alma, son las uñas”. Creo que es el hecho de que Ana Paula desafíe los estereotipos de género, la razón por la cual México está embobado con ella, porque apunta a una visión de feminidad distinta.
Dos días después de inaugurados los Olímpicos, las arqueras pasaron los cuartos de final, las semifinales y llegaron a la final a disputar el bronce. Ana Paula Vázquez, aunque tenía las uñas desgastadas, tenía su mundo perfectamente bajo control, así lo demostró cuando en la final, el equipo mexicano, flecha tras flecha, cerró con un diez perfecto.
Esta fue la cuarta medalla en tiro con arco en la historia de México en los Juegos Olímpicos, y la primera en equipos femeniles. La inicial la recibió en 2012 Aída Román en individual y fue plata; la segunda, Mariana Avitia en la misma prueba y fue bronce; y la tercera llegó en Tokio 2020 con Alejandra Valencia, quien logró por equipos mixtos, el bronce también.
El equipo de tiro con arco fue a celebrar a la Casa México la noche del 4 de agosto, un recinto de hospitalidad en el Parc de la Villette. Ana Paula llegó con un vestido corto entallado. En el brazo izquierdo, mostraba un tatuaje que dice: “al toro por los cuernos”, y más abajo casi en la muñeca tiene otro que dice: “Aude”, que en latín significa “atrévete”.
Los cuestionamientos sobre su orientación sexual no son relevantes
Con toda esta atención que Ana Paula recibió cuando ganó la medalla olímpica, llegaron los cuestionamientos sobre su orientación sexual, si es lesbiana, bisexual o heterosexual se preguntaron varias internautas. Desde que era chica le decían ‘marimacha’, cuenta ella misma. Ana Paula es la única mujer del matrimonio de tres hijos, y uno de ellos es su hermano gemelo. Desde entonces, la madre la llevó a los partidos de futbol americano en un equipo mixto, hasta los once, cuando en un partido se lastimó y tuvo que dejarlo todo.
“Estaba torita”, dice Ana Paula en una entrevista al diario Vanguardia, donde cuenta que sus “entrenadores nunca hicieron distinción entre ella y sus compañeros del emparrillado. Si se trataba de jugar, era parejo, y le tocaba hacer labores tanto en las líneas defensivas como en las ofensivas”.
Ana Paula demostró su puntería a los 12 años, en la feria del pueblo, en Saltillo, dice el periodista Raúl Ochoa en Proceso. “En su turno, Ana Paula tomó el rifle y, con mucho tino, derribó uno por uno los venaditos y patos alineados en cada tabla”.
Actualmente, la deportista tiene un novio, se llama Jorge Nevárez y también es deportista de tiro con arco, según comparte la misma Ana Paula en sus redes sociales. Jorge ha competido en los Centroamericanos también en esta disciplina. Después de estos rumores, el canal de deportes de Televisa subió a Instagram un video con 37 mil likes y más de 170 comentarios, que lleva un copy que dice: “Todos queremos una relación como la de Ana Paula Vázquez, que estén en nuestros mejores momentos”.
El usuario ‘Tomboy’ respondió: “Yo no quiero una relación como la de ella, la quiero a ella”. Lizbeth Chávez dijo: “¿cómo que mi novia tiene novio?”. Otro apuntó: “Es que no mmn qué hermosa es, pinche vato suertudo”.
Pero hace apenas un año, Ana Paula Vázquez escribió sobre el fallecimiento de su amigo Carlos Vaca. Un arquero mexicano promesa que saltó de un edificio en Querétaro y murió el 28 de marzo de 2023. Un medio local publicó que la razón fue porque supuestamente sus padres no lo aceptaban por ser gay.
Hace poco escuché en una conversación que las mujeres jóvenes no se preguntan ‘qué significa ser mujer’, que ya no es una pregunta relevante para ellas. En otra conversación escuché que cada vez es más común ver a las personas jóvenes sin identificarse con un género en particular.
Por ejemplo, en España uno de cada cuatro menores de 30 años no se identifica al 100% como ‘hombre’ o ‘mujer’. Según la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género 2021, en México la población LGBTQ+ se conforma de 5 millones de personas, dentro de los cuales 37% no se identifica como hombre ni como mujer sino de género no binario.
Ana Paula hoy representa a una feminidad que no necesariamente cumple con los roles preconcebidos de femineidad. Pienso en Ana Paula, la de los pants cómodos, la que dice que “estaba torita” por ser ruda, la del vestido corto y entallado; pienso también en estos cuestionamientos sobre su orientación sexual. No sé si para ella es relevante, es una cuestión que sólo sigue siendo relevante para la gente adulta, no para su fandom.
GSC