Los Angeles Lakers son campeones tras vencer a Miami Heat en las Finales de la NBA 2020

La quintenta liderada por LeBron James derrotó 106-93, para así conseguir su trofeo Larry O’Brien número 17, igualando a los Boston Celtics

Los Angeles Lakers, campeones de la NBA 2020 (AFP)
Orlando /

Lo consiguieron. En seis juegos, los Lakers de Los Ángeles ganaron el decimoséptimo trofeo Larry O’Brien de su historia y se proclamaron campeones en la temporada más atípica en la historia de la NBA.

Después de cuatro cuartos de batalla, al Heat de Miami no le alcanzó y cayó 106-93 ante el equipo que dirige Frank Vogel.

No hubo público, pero eso no importó, al tratarse de un título con una gran narrativa por detrás, al llegar tras el deceso de Kobe Bryant, la última gran figura de los angelinos y quien, hasta antes de ayer, había sido el jugador que le dio el último cetro en el deporte ráfaga.

Tuvieron que pasar 10 años de aquella hazaña del legendario escolta para que volvieran a proclamarse monarcas de la NBA, consiguiéndolo de la mano de otro estelar de la liga que ya escribió su nombre en la historia del equipo. En su segundo año en la institución, LeBron James (28 puntos, 14 rebotes y 10 asistencias) llevó a los Lakers a lo más alto y consiguió el cuarto anillo de su carrera, sumándolo a los dos que consiguió en el Heat de Miami y el que ganó hace cuatro años con los Cavaliers de Cleveland.

Pese a que los hombres de Erik Spoelstra lucharon para alargar la serie, poco pudieron hacer ante los Lakers, en otro gran partido de LeBron, Anthony Davis (19-15-3), Kentavious Caldwell-Pope 17-2-0) y Rajon Rondo (19-4-4) como los artífices de la victoria.

Bam Adebayo lideró al Heat (25-10-5), pero no le alcanzó para el milagro: los Lakers salieron victoriosos en la Burbuja de Orlando.

Los Ángeles no perdonó

Bien dicen que de los errores se aprenden, y Los Ángeles tuvieron mucho que corregir tras caer de forma sorpresiva el pasado viernes (111-108). Si algo ha caracterizado a los Lakers en esta campaña es que es un equipo que es muy difícil ganarle dos partidos consecutivos.

Los angelinos fueron más precisos desde media cancha y lograron superar a la defensa del Heat con coladas y canastas a aro pasado que les permitieron dar el primer golpe sobre la mesa: 28-20 al final del primer cuarto.

A esto se le sumó el cansancio acumulado que tuvo Miami tras gestar aquel memorable triunfo que no los mandó a casa en el Juego 5. Como si hubieran requerido de todo el esfuerzo necesario para no perecer en cinco juegos, el Heat fue incapaz de mantenerse en esa lucha de canastas, con lo que los Lakers tomaron ventaja de dos dígitos a mitad del segundo periodo.

De hecho, fue evidente el cansancio que Jimmy Butler (12-7-8) cargaba de su histórica actuación en el Juego 5, en el que solo descansó 48 segundos. Esta vez no hubo oportunidad para frenar a James y compañía.

El regreso de Goran Dragic (5-5-2) tampoco fue suficiente para la quinteta de Spoelstra pudiera frenar a la maquinaria púrpura, que apostó por un juego más dinámico al acomodar a Alex Caruso (4-3-5) en la quinteta titular.

Y es que los Lakers simplemente fueron superiores. Antes del descanso, ya dominaban la batalla por los rebotes (29 contra 18), además de que fueron más efectivos al lanzar, con un 54 por ciento de sus tiros completados. El Heat, agotado, poco podía hacer ante el rival, con solo el 34 por ciento de sus canastas completadas en dos cuartos y una desventaja de 28 puntos al descanso (64-36).

El tercer cuarto mantuvo la misma narrativa del resto de la primera mitad: unos Lakers completamente enchufados y efectivos a la defensiva, contra un Heat que no encontraba la forma de reducir el enorme colchón que los separaba de Los Ángeles, la cual había llegado hasta 32 puntos.

Llegó un momento en el que Los Ángeles bajó las revoluciones, pero el dominio seguía siendo púrpura seguía siendo evidente y por un momento se redujo la ventaja a 27 puntos. Algo que parecía insignificante y acercaba a los angelinos a su ansiada gloria. Terminó el tercer cuarto y el partido ya tenía un claro ganador (87-58).

Para el capítulo decisivo, el Heat trató de hacer en un cuarto lo que no consiguió en tres, al carburar más a la ofensiva y reducir las tres decenas de puntos de desventaja a una de 22 puntos.

Por supuesto, el esfuerzo fue en vano: Lakers se llevó la victoria, el trofeo Larry O’Brien y dio por finalizada la temporada más atípica de la NBA: con un título en el año de la pandemia y una promesa cumplida de LeBron a Kobe Bryant.


ZZM​

  • Michel Cruz
  • oswaldo.cruz@milenio.com
  • Reportero en La Afición desde 2016. Egresado de la Licenciatura en Comunicación y Periodismo en la FES Aragón, UNAM.

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