Uno encontró un respiro ante los últimos resultados irregulares de su equipo, el otro se consagró como el héroe más ovacionado ante su público, Damian Lillard y Tyrese Haliburton fueron los hombres estelares en la victoria de la Conferencia Este sobre el Oeste en el septuagésimo tercer Juego de Estrellas de la NBA, al imponerse por marcador de 211-186.
El base de los Bucks fue el titular más productivo en el Este, al anotar 39 puntos y completar 11 triples en 23 intentos, además de tres rebotes y seis asistencias, más que suficientes para ser reconocido como el MVP del partido. Su compañero, el estelar griego Giannis Antetokounmpo, fue imparable en la pintura y completó 11 de sus 16 tiros de campo para 23 puntos y también sumó siete rebotes y una asistencia.
Ambos tuvieron un momento de respiro en el All-Star Game tras una temporada complicada, pese a que Milwaukee se mantiene en el tercer lugar del Este con récord de 35-21, al perder siete de sus últimos 10 juegos, todos desde que Doc Rivers relevó a Adrian Griffin como entrenador en jefe.
Haliburton reiteró su estatus como estrella y brilló ante el público en el Gainbridge Fieldhouse de Indianápolis. El base de Indiana Pacers fue casi perfecto desde el perímetro, al anotar 10 de sus 14 triples y lograr 32 puntos, además de siete rebotes y seis asistencias, con lo que respondió el apoyo del público local y cerró un gran fin de semana, en el que también ganó el concurso de habilidades junto con sus compañeros de equipo, Myles Turner y Bennedict Mathurin, con una ronda de desempate en el que Tyrese anotó desde media cancha. Ahora podrá concentrarse en lo que resta de temporada con los Pacers, que se mantienen sextos en el Este y con el último boleto de pase directo a playoffs, gracias a su marca de 31-25.
Una edición histórica
Además de Lillard y Haliburton, Jaylen Brown brilló desde el banquillo con sus 36 puntos y seis triples acertados en 12 oportunidades, lo que ayudó a que el Este consiguiera 42 triples, la mayor cantidad en la historia del Juego de Estrellas de la NBA. Además, fue la primera vez que se cruzó la barrera de los 200 puntos en este encuentro, con lo que se superaron los 196 puntos con los que el Oeste ganó en 2016.
Asimismo, fue el vigésimo inicio de LeBron James en el clásico de media temporada, pero solo jugó 14 minutos por una lesión de tobillo que lo tuvo afuera del juego del jueves ante Golden State Warriors. De cualquier forma, el Rey se las arregló para conseguir ocho puntos, cuatro rebotes y tres asistencias en el encuentro. Aunque fue suplente, Karl-Anthony Towns fue el que más anotó en la duela, pero sus 50 puntos (23-35 en tiros de campo), ocho rebotes y tres asistencias fueron insuficientes para que el Oeste reaccionara, al caer en desventaja desde el primer cuarto.
FCM