Hace unas semanas, se dio la que, sin duda, fue la bomba de la temporada 2020-2021 de la NBA: después de presionar su salida, James Harden partió en un canje con los Nets de Brooklyn, con lo que abandonó a los Rockets de Houston tras nueve años como su jugador franquicia.
Para llegar a los Nets, Harden fue intercambiado por cuatro selecciones de primera ronda, además de Caris LeVert y Jarret Allen. Además, los Rockets mandaron a LeVert a los Pacers de Indiana, con el fin de obtener a Victor Oladipo y acompañar como segunda espada a John Wall.
Desde que se dio el intercambio el 13 de enero, podemos hablar de un extraño efecto que en cierta forma ha beneficiado a ambas partes, pero que, a su vez, perjudica a los de Brooklyn.
Los Rockets son más herméticos
Los Rockets y los Nets marchan con récord de 6-3 desde el canje. Hasta aquí todo bien. Sin embargo, sorprende el hecho de que, desde la salida de la Barba, los Rockets tienen el mejor rating de defensiva: 102.8 puntos permitidos de promedio. Nueve juegos en el que los Rockets, con John Wall y Victor Oladipo, se han entendido de mejor forma.
Antes del canje, los Rockets de Houston sufrían a la hora de defender su aro, pero ahora, el equipo está más seguro y tiene mucho por ofrecer. Actualmente son la novena mejor defensiva (tomando en cuenta toda la temporada) con un promedio de 109.6 puntos permitidos por juego, están el cuarto lugar de la liga en bloqueos (114) y en el quinto puesto en porcentaje de tres puntos del oponente (35 por ciento).
Jugadores como PJ Tucker y Jae'Sean Tate saben cómo controlar a los jugadores contrarios: ambos promedian, por lo menos, un tapón y un robo por juego, mientras que David Nwaba ofrece muchas alternativas desde el banquillo, con sus 1.2 robos por encuentro, líder de los Rockets de Houston.
Christian Wood ha tardado en adaptarse, pero ahora ya colabora más a la defensiva, junto con DeMarcus Cousins, quien de poco a poco está recuperando el nivel conocido. Además de ser grandes jugadores al ataque, John Wall, Victor Oladipo y Eric Gordon también están poniendo de su parte y convirtiéndose en jugadores que pueden poner a raya a los rivales.
Brooklyn sacrificó defensa
Es cierto: los Nets de Brooklyn también han ganado mucho y se han establecido como un gran equipo ofensivo con su Big Three: el trío conformado por Kevin Durant, Kyrie Irving y James Harden ha demostrado tener un auténtico poderío ofensivo, al punto de que son el mejor ataque de la liga con 122.2 puntos por juego. El poder es tal, que incluso sitios estadísticos como StateMuse señalan que, de mantenerse así, podrían convertirse en la mejor ofensiva de todos los tiempos en una temporada.
Pero, por el otro lado, el equipo ha permitido 119.9 puntos (en promedio), siendo la peor defensa en ese lapso de juegos (la cuarta peor, si tomamos en cuenta toda la temporada y una media de 117.7 puntos por partido) y, de seguir la tendencia, podrían convertirse en la peor defensiva de todos los tiempos en una temporada.
La situación es tan crítica, que los Nets han permitido las dos cantidades más altas de la temporada: 147 puntos contra los Cavaliers de Cleveland y 149 unidades frente a los Wizards de Washington, que ganaron el juego en los últimos 12 segundos con un triple de Bradley Beal, más un robo de Garrison Matthews, quien le pasó la pelota a Russell Westbrook para el triple de la voltereta.
Aunque Irving halló a Timothe Luwawu-Carbarrot bajo la canasta con 2,9 por jugar, el tiro dio un recorrido por el aro y no entró. Beal sumó dos tiros libres y permitió que Washington le diera la vuelta al juego en 12 segundos: victoria 149-146. Los Nets, que ganaban dicho encuentro con ventaja de 146-141, se apagaron.
Por supuesto, esto solo fue la gota que derramó el vaso. Para el último cuarto, los Nets de Brooklyn desaprovecharon una ventaja de 18 puntos y permitieron que los Wizards completaron el 60% de sus tiros para 48 puntos.
James Harden no enfrentó a los Wizards, pero quedó evidente que a Brooklyn le hace falta una banca eficiente, sobre todo a la hora de defender y preservar ventajas. En ocho juegos con Broolklyn, la Barba promedia 24.3 puntos por juego, 7.8 rebotes y 11.8 asistencias, líder a la hora de habilitar a sus compañeros para la canasta.
Aunque Brooklyn es una máquina de hacer puntos, queda claro que también han quedado desprotegidos a la hora de mantener su ventaja y contener a los rivales. En caso de seguir sufriendo, las consecuencias podrían ser fulminantes en los juegos decisivos de playoffs.
OMCS