Hablar de Bill Russell es hacerlo de uno de los pioneros del basquetbol. Un jugador que cambió la huella de la NBA y un sinónimo de éxito. De hecho, no hay ningún otro jugador actual que se acerque a sus 11 anillos conseguidos con los Celtics de Boston.
Los que más se acercan son Sam Jones (10), John Havlicek (8), Tom Heisohn (8) y K.C. Jones (8) y Frank Ramsey (7), quienes jugaron junto a él en los Celtics. Pero Russell no solo demostró gran habilidad bajo los tableros, sino también a la hora de llamar las jugadas y mantener unido al vestidor: como un head coach.
Cuando Bill Russell ya tenía nueve anillos como jugador, el mítico entrenador Red Auerbach decidió retirase antes de la temporada 1966-1967. Hubo muchos momentos de incertidumbre, ante la duda de quién sería el valiente que tomaría el puesto para liderar a una de las dinastías más importantes del momento (y de la historia, como se supo más adelante).
La decisión de elegir un sucesor corrió a cargo del propio Auerbach, quien consultó con varios ex jugadores de Boston y optó por darle el puesto a Russell, quien aún era jugador en activo. Sí, Bill Russell, el jugador más ganador en la historia de la NBA en esos momentos, se convirtió en el primer entrenador en jefe afroamericano de la historia de la NBA.
Auerbach confiaba plenamente en Russell más que en cualquier otra persona. No había otro jugador que pudiera mantener a los Celtics en la cúspide, pues nadie conocía de mejor manera la estructura del equipo como él.
“No me ofrecieron el trabajo porque soy negro, me lo ofrecieron porque Red pensó que podía hacerlo”, dijo Russell en su contratación, consciente de que dicha decisión podía generar mucho debate, sobre todo en una ciudad tan conservadora como Boston, en donde no era del agrado de todos, pese a todas las glorias que les había dado. Bill Russell fue jugador-entrenador.
La primera temporada fue buena, aunque cayeron en playoffs ante los 76ers de Filadelfia en 1967. Pero ese solo fue el preámbulo de más éxitos. En 1968, los Celtics de Boston derrotaron en las Finales de la NBA a los Lakers de Los Angeles, con lo que se convirtió en el primer entrenador en jefe negro que gana un título entrenador.
Y tal y como se esperaba, el conseguirlo en calidad de jugador y entrenador lo hizo aún más especial. La temporada de 1969 no fue sencilla (apenas promedió 9.9 puntos, pero mantuvo su gran nivel en rebotes, con 19.3 por juego). Boston calificó a playoffs con un discreto récord de 48-34 para conseguir el cuarto boleto del Este.
Repitieron las Finales, ante los Lakers de Los Ángeles, que partían como favoritos con un equipo repleto de figuras como Jerry West, Elgin Baylor y Wilt Chamberlain, figura recién llegada a L.A. Pero Boston dio cátedra y forzó la serie a un séptimo juego. Con ventaja de nueve puntos y cinco minutos por jugar, Chamberlain se lesionó la pierna y su entrenador Bill van Breda Kolff lo tuvo sentado el resto del juego, para disgusto de West.
Al final, Russell ganó su undécimo anillo en 13 años, además del segundo como entrenador en tres años como dirigente. Con 35 años, ese fue su último juego en la NBA. Al año siguiente (1970), los Celtics no calificaron a playoffs por primera vez desde 1950, lo que evidenció la importancia de Russell con el equipo. Con su muerte, queda más que claro su legado en el equipo.
MGC