Si de estrellas jóvenes hablamos, Ja Morant es una de las que más está brillando en la NBA. El base, que este 10 de agosto cumplió 23 años (10 de agosto de 1999) es el rostro de los Grizzlies de Memphis en la actualidad, así como uno de los jugadores con mayor proyección en el Mejor Basquetbol del Mundo.
Y en tres temporadas, Temetriuss Jamel Morant (su nombre completo) ya demostró que tiene todo lo necesario para ser una de las superestrellas que se buscan en la Liga: en 2020 fue reconocido como el Novato del Año (opacó a Zion Williamson, primer pick global en 2019 y que no ha tenido tanta participación desde que entró a la Asociación Nacional de Basquetbol), además de que fue titular en el All-Star en febrero y fue miembro del segundo equipo de la NBA en la temporada 2021-2022.
Pero lo que muchos no saben es que antes de deslumbrar en la NBA con sus clavadas y colocar a los Grizzlies en el radar de contendientes, Ja Morant era un estudiante lejos de causar interés en los scouts… hasta que una bolsa de papas fritas le cambió la vida.
Creció con el basquetbol
Su padre, Tee Morant, tuvo un paso fugaz en la NBA y jugó junto a Ray Allen. Tee le enseñó a JA todo lo que sabía de basquetbol y buscó desarrollar sus fundamentos y su IQ baloncestístico para que algún reclutador se fijara en él.
Pero resulta que su camino iba a comenzar como fruto de la casualidad. En julio de 2016, James Kane, asistente técnico en el equipo de basquetbol de la universidad de Murray State, visitó la Spartanburg Day School en busca de talentos, más específicamente un joven llamado Tevin Brown.
Pero Kane no se imaginaba que seguir en secreto a Brown le abriría en realidad el camino hacia otro joven que ni siquiera estaba contemplado. Después de varias horas de scouting, el asistente técnico se fue de la cancha principal en busca de una máquina expendedora de snacks, en donde adquirió una bolsa de papas fritas.
Fue ahí que escuchó el rechinar de zapatillas y el bote de un balón, proveniente de una cancha secundaria. Interesado por el ruido y guiado por su olfato de buscador de talentos, decidió dar un vistazo: ahí estaba Morant, en un juego de tres contra tres (la modalidad basquetbol 3x3).
Ahí vio a un Ja Morant de 17, casi 18 años, con poco músculo, pero sí una capacidad atlética destacada, buen manejo de balón y que se movía bien en la cancha. Motivado, se comunicó con el entrenador Matt McMahon y le dijo que encontró a un jugador excepcional.
Así, la universidad de Murray State terminó por reclutar tanto a Morant como a Tevin Brown
Al final, Morant se convirtió en uno de los mejores jugadores en la NCAA y su último año lo cerró con un impresionante promedio de 24.5 puntos por juego, pero sorprendió en grata manera al acabar como líder de toda la División I en asistencias (10.0). Eso le valió para ser segundo pick global del Draft de 2019.
El 30 de junio de 2022, Ja Morant acordó una extensión de contrato con los Grizzlies por 5 años y $193 millones. Por su parte, su compañero Tevin Brown recién terminó sus cuatro años con Murray State y se declaró elegible para el Draft de 2022… pero no fue elegido. Sin embargo, aún aspira al sueño de la NBA, al ser invitado a los entrenamientos de los Pacers de Indiana, con la esperanza de hacerse con un lugar en el equipo.
OMCS