Jaime Jáquez Jr. se adueñó de la Arena Ciudad de México y de los corazones de los 20 mil 328 aficionados que llenaron el recinto para ver un dominio de Miami Heat, que derrotó con autoridad a Washington Wizards (118-98) en el trigésimo tercer juego que la NBA trae a nuestro país.
Salido desde la banca, Jáquez probó en carne propia toda esa euforia que genera el ver a un mexicano en el mejor basquetbol del mundo: cada vez que era voceado por el sonido local, el público enloquecía; cada vez que tomaba el balón, el aliento desde las tribunas desbordaba entre gritos y aplausos; de sus canastas, ni se diga: el coach Erik Spoelstra le dio 25 minutos de actividad y se quedó cerca del doble-doble, con ocho puntos, diez rebotes y una asistencia, además de una eficiencia positiva (+8), es decir, su impacto en el Heat fue benéfico cada vez que el californiano estaba en la duelas.
Los aficionados lo aclamaron y le dieron el más cálido recibimiento al alero, cuya primera temporada en la NBA acercó a los fans casuales a este deporte y ha dado los primeros pasos hacia un fenómeno que muchos esperan ver materializado en los próximos años: un tricolor que sea superestrella en la liga más importante del deporte ráfaga en el planeta.
Porque un día antes, Jáquez —quien creció en Los Ángeles y entiende la trascendencia que dejó Fernando Valenzuela a la comunidad hispana en Estados Unidos— sueña con dejar una huella tan importante como la que el Toro dejó en el beisbol. Y en una competencia cada vez más globalizada como la de la NBA, el tener a un mexicano en el máximo circuito siempre se aplaude, sobre todo por el potencial que tiene y de quien se espera que siga desarrollándose como jugador estelar, con el deseo de que se materialice ese sueño de tener un icono tricolor en las duelas.
El público también respondió en las gradas. Ante la incertidumbre de si decidirá representar a México, el país donde nacieron sus abuelos y su padre y de donde presume tanto sus raíces, o si decidir vestir la casaca de las barras y las estrellas, los aficionados lo arroparon y le hicieron sentir todo el cariño tan característico de este país. Sin duda sintió todo ese amor que México tiene por él y que puede ser un argumento a favor para elegir a los 12 Guerreros.
Los Wizards (2-3 en la campaña), en plena etapa de reconstrucción y un roster repleto de jóvenes, no fueron rival ante un experimentado Heat que llegó a dominar por 24 puntos. Miami llevó la diferencia a los dos dígitos desde el primer cuarto (31-21), y aunque Washington fue más aguerrido en el segundo periodo (parcial de 25-27), el tercer cuarto fue fundamental para encaminar al Heat hacia su tercera victoria, con lo que dejan su récord en 3-2.
Una noche increíble de Bam Adebayo, uno de los consentidos por el público mexicano: en su tercera visita a México, el pívot finalizó con un doble-doble de 32 puntos y 14 rebotes, además de que aportó dos asistencias, un robo y un rebote. Jimmy Butler, el controvertido y popular rostro de la franquicia, fue el segundo mejor en el ataque de unos visitantes que fueron locales por el aliento local: el alero tuvo 18 puntos, ocho rebotes y cuatro asistencias.
Por los Wizards, Bilal Coulibaly intentó poner en el juego a los suyos con 22 puntos, ocho rebotes y dos asistencias, seguido por Jordan Poole y sus 21 puntos, pero a Washington todavía le queda mucho trabajo por delante en una campaña de muchos ajustes por hacer.
MGC