La NBA ha perdido a uno de sus ex jugadores más emblemáticos. Bill Walton, pívot miembro del Salón de la Fama, murió a sus 71 años tras perder la batalla contra el cáncer, informó la National Basketball Association.
Considerado como uno de los centros más dominantes y polifacéticos de todos los tiempos, fue un hombre lleno de éxitos, con un par de títulos estatales como parte de Helix High en La Mesa, California; también fue campeón de la NCAA dos veces con UCLA, además de que consiguió la gloria en la NBA con los Portland Trail Blazers (1977) y Boston Celtics (1986). Entró al Salón de la Fama del Basquetbol de Naismith en 1993.
“Bill Walton fue verdaderamente único. Como jugador del Salón de la Fama, redefinió la posición de central. Sus habilidades únicas y versátiles lo convirtieron en una fuerza dominante en UCLA y lo llevaron a ser MVP de la temporada regular y de las Finales de la NBA, dos campeonatos de la NBA y un lugar en los equipos del 50.º y 75.º aniversario de la NBA”, lamentó Adam Silver, comisionado de la Liga, a través de un comunicado.
“Como miembro querido de la familia de la NBA durante 50 años, todos aquellos que llegaron a conocerlo y amarlo extrañarán profundamente a Bill. Mi más sentido pésame a la esposa de Bill, Lori; sus hijos, Adam, Nate, Luke y Chris; y sus muchos amigos y colegas”.
Un ícono un tanto olvidado
Es considerado uno de los mejores jugadores que han pasado por la duela, pero le tocó jugar en los años setenta, en la misma década que brillaron Kareem Abdul-Jabbar y Julius Erving, además de que sus mejores años fueron previos a la era del showtime que protagonizaron Los Angeles Lakers de Magic Johnson y los Boston Celtics de Larry Bird que revitalizaron a la NBA.
Walton fue un vegetariano, activista y se manifestó contra la guerra de Vietnam, así como un interesado por la tendencia hippie, como se podía ver en su cabello largo. Sufrió mucho por sus lesiones de tobillo, pie y pierna, así como de espalda con UCLA. Fue elegido primero en el Draft de 1974 por los Trail Blazers, con dos primeras temporadas marcadas por las molestias físicas que hicieron cuestionar su valía dentro del basquetbol profesional.
Ganó el anillo en 1977 con Portland, pero volvió a lesionarse en 1978 y se rompió la relación con los Blazers, a quienes acusó de no tener la capacidad profesional para gestionar sus lesiones. Jugó los playoffs, pese a que los médicos de la franquicia lo cuestionaron. Pidió su traspaso y no jugó todo un año ya que le negaron su petición, marchándose a San Diego en 1979 para jugar con los Clippers. Fueron cuatro años difíciles para él hasta que se marchó a Boston en 1985, con quienes ganó en 1986 y estuvo hasta el 87. No jugó en 1988 y falló para volver en 1990, pero dejó un gran nivel de juego que hoy en día todavía es recordado y que le valió su ingreso al recinto de los inmortales en 1993, porque cuando estaba sano, era de los mejores en la pintura.
No fue sino hasta 2009 que Walton regresó a Portland para hacer las paces con la ciudad y disculparse. La relación se sanó y la figura volvió a recuperar ese estatus que se formó en la duela.
ZZM