Fue el juego de su vida, una noche histórica para Lebron James. El 19 de junio de 2016, dos años después de regresar al equipo que lo vio nacer en la NBA, finalmente cumplió su palabra y le entregó a los Cavaliers de Cleveland su primer campeonato en la historia. Lo hizo tras una épica batalla por segunda ocasión consecutiva ante los Warriors de Golden State que los habían vencido en las finales de 2015.
Todo estaba en contra de ellos. Los Warriors de Stephen Curry venían de imponer el récord de 73 victorias y solo 9 derrotas en la temporada y el decisivo juego 7 se disputaba en Oakland. Nunca antes un equipo en las finales de la NBA había logrado remontar una desventaja de 3-1 pero tras empatar 3-3 con dos actuaciones de King James de 41 puntos, en el decisivo juego 7 no se quedó atrás para liderar al equipo. 27 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias dicha noche y además logró su séptimo triple doble en unas finales. Sin discusión fue el MVP y sus palabras tras la victoria fueron “Cleveland, esto es para ti…Estoy en casa. Para esto volví. No se siente real”
93-89 fue el último marcador aquel domingo. El título significa también el primer título para cualquier equipo deportivo de Cleveland desde 1964. Las siguientes dos temporadas tanto Warriors como Cavs repitieron en las finales de la NBA con otros dos campeonatos para Golden State que sumó tres en cuatro años convirtiéndose en una dinastía. Nadie le quita el logro a LeBron, que en 2018 abandonó una vez más a los Cavs para partir a los Lakers de Los Ángeles.
RGS