El primer pelotero de campo novato que ganó la nominación como MVP de una Serie de Campeonato en la historia de Grandes Ligas nació en Cuba, pero su corazón pertenece al lugar que lo recibió, lo ayudó a crecer y vio el nacimiento de su hija. Y por eso “sería un honor para mí representar a México”, ha dicho él mismo. Él es el hombre del momento: Randy Arozarena González.
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Originario de Arroyos de Mantua, una pequeña ciudad de Pinar del Río bañada por las aguas del Golfo de Guanahacabibes, en el extremo occidental de La Isla, El Cohete Cubano solo tenía 20 años de edad cuando se subió a un bote y puso en peligro su vida en un viaje de 8 horas para recorrer los alrededor de 270 km que lo separaban de Isla Mujeres, el lugar adonde fue a encontrar el destino que merecía.
Arozarena tenía dos temporadas de experiencia con los Vegueros de Pinar del Río, con quienes en Cuba jugó desde sus 18 años, y quienes lo dejaron fuera del equipo que terminó ganando la Serie del Caribe en San Juan, en 2015, porque se especulaba que desertaría.
Randy es un atleta con cualidades para jugar varios deportes, pero en Mérida demostró su talento para el beisbol, y con la ayuda de mentores como Raúl Ortega, Héctor Castañeda, Carlos Pérez, Edwin Solís y el reconocido Juan José Pacho, comenzó a pulirse.
Dos personas muy importantes para él fueron Jorge Campillo, ex ligamayorista mexicano y director de Desarrollo en la Academia de Beisbol del Pacífico, y Guillermo Armenta, cazatalentos de MLB, quienes al verlo quedaron convencidos de que era una estrella en ciernes.
Arozarena era veloz, corría las 60 yardas en 6.90 segundos y con ello igualaba el promedio de peloteros de MLB. Eso era bueno, pero no excepcional, así que trabajó y mejoró su tiempo a 6.38.
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Ese es Randy Arozarena, un atleta que, como se ha visto en videos recientes, sabe bailar y divertirse (“La vida es muy corta, hay que disfrutar los buenos momentos”, dice) y hasta dominar como futbolista una pelota de beisbol.
Ama el futbol y la gimnasia, deportes en los que destacó, como confirmó Armenta al relatar que quiso bromear con Randy al pedirle algo que consideró imposible: le dijo que un equipo de MLB lo firmaría solo si era capaz de caminar de manos de home a primera... para su sorpresa, El Cohete lo hizo.
PASÓ POR LMB Y LMP
Arozarena es un gran deportista, pero no se desborda por su don, él sabe que una persona no necesita un diamante para ser grande, y lo demuestra con mensajes positivos en sus redes: “Si no se juega pelota, hay que trabajar. Tenemos que saber ser últil(es) en la vida”.
Lleno de talento, pero carente de la experiencia que da el desarrollo profesional, Campillo y Armenta le buscaron acomodo en la Academia de los Toros de Tijuana, un sitio reconocido por su calidad.
En la Academia de Toros, Arozarena no solo se desarrolló como pelotero, también encontró amigos entre sus compañeros y el staff que lo ayudaron con detalles importantes fuera del diamante.
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Aunque con los Toritos Randy ganó los títulos de bateo y de bases robadas, los equipos de MLB lo veían con recelo, hasta que San Luis se aventuró a firmarlo con un contrato de 1.25 mdd. Algo extraordinario para un joven de 21 años de edad que compartía spikes y guanteletas con sus compañeros.
Previo a irse, debutó en la LMB con los Toros de Tijuana, con quienes solo disputó 5 juegos antes de partir a EU. Pero tanto su hambre por seguir creciendo como su amor y agradecimiento por México lo llevaron a unirse a los Mayos de Navojoa, para jugar en la LMP.
Randy pasó de San Luis a Tampa Bay para esta temporada, y con los Rays tardó en debutar (hasta el 30 de agosto) porque se contagió de covid-19. Dijo que durante su cuarentena “solo comía pollo y arroz (porque es lo único que sé cocinar) y hacia 300 lagartijas diarias”.
Su pasaporte y su ciudadanía mexicanos están en trámite. Cuando lleguen, tendrá dos nacionalidades y oficialmente será nuestro paisano. Entonces las instituciones correspondientes tendrán la responsabilidad de llevarlo a la selección... mientras tanto, podemos disfrutar en esta Serie Mundial de un cubano que se hizo mexicano y sabe desforrar pelotas.
Y ADEMÁS
FAMILIA EN MÉXICO
La familia de Randy Arozarena ha hecho de México su hogar. Ellos son su mamá Sandra, sus dos hermanos (incluyendo a Raiko, portero de los Cafetaleros de Chiapas) y, claro, sus dos hijas: Lía Antonella y Luna, sus pequeñas que son su inspiración.