Los Houston Astros se encontraron con una grata sorpresa en su visita al país. Lo que comenzó solo como un compromiso deportivo se convirtió en una experiencia única para los peloteros que hicieron el viaje para celebrar esta serie en el Estadio Alfredo Harp Helú, que terminó con barrida de los texanos sobre Colorado Rockies.
Tanto en el aspecto deportivo como en el cultural y la vida, Framber Valdez se lleva una lección y recuerdos que le durarán todos los días.
“Mi experiencia fue buena. Me gustó lo que vi, lo que conocí aquí en México y en realidad no era como yo lo estaba imaginando y cuando vine me sorprendió, me dejó con la boca cerrada. Y en verdad la ciudad me gusta, se siente bien, algo turístico, la disfruté en lo personal”, aseguró el abridor a una pregunta que le hizo MILENIO-La Afición y Mediotiempo sobre su estancia en la Ciudad de México. “Y lo que fue esta serie, fue una serie increíble y de mucha presión”.
Presionado por jugar
El resultado quedó para los libros de historia: el abridor dominicano le puso fin a tres semanas de inactividad por una inflamación de codo izquierdo: operó cinco innings completos en la lomita y permitió cinco imparables y dos carreras limpias; pero también colgó el cero cuatro veces y lució con seis ponches.
“La verdad el plan de trabajo era ejecutar todos mis pitcheos, pero sabemos que es muy diferente la altitud aquí a la de Houston”, reconoció. “Simplemente disfruté de mi pitcheo. Ejecuté el pitcheo en el momento: tiré mi curva, mi sinker y entre esos mis cambios”.
Pero llevarse la decisión puede sonar un trabajo sencillo en el montículo, aunque no lo fue. Para no darle más oportunidades al line up de los Rockies en una ciudad con altura de 2 mil 240 metros sobre el nivel del mar (el Coors Field está a 1 mil 609 msnm), Framber tuvo que trabajar sus curvas de tal forma que no fueran predecibles ni que fuera víctima de los cuadrangulares que su ofensiva sí logró en este Juego 2, como las curvas, las cuales usó con frecuencia debido a ser lanzamientos que se mueven constantemente; su sinker le costó más trabajo, por lo que no usó demasiado este recurso. De cualquier forma, admite que sufrió mucho con la zona.
“Sentí mucha presión después de casi 15, 20 días sin lanzar, era pensar en ir a ligas menores (a recuperación), pero yo dije ‘voy a pitchear directamente’ y no lo sentí mal. Pero sentí mucha presión en el primer inning y el segundo, luego de ahí cogí mi ritmo”, indicó.
También destacó a la defensa, la cual sacó outs importantes en los momentos sustanciales del juego y eso le ayudó a sentirse cómodo. Con récord de nueve victorias y 19 derrotas, Valdez espera a que el equipo se lleve este impulso anímico a Houston y mantenerlo para repuntar en la temporada.
“Creo que eso ayuda mucho también a que uno tenga confianza, a que tenemos lanzadores que pueden durar más, que pueden permitir menos carreras y que podemos avanzar más en cada partido. Yo pienso que el equipo se va a poner más positivo y se va a poner más a la defensiva”, culminó.
ZZM