Julio Urías, un prospecto que ya es estrella

El pitcher de los Dodgers lanzó en su segunda Serie Mundial y ayudó a los Dodgers a conquistar su séptimo campeonato tras 32 años

Julio Urías, pitcher mexicano de Los Dodgers (Reuters)
Rodrigo Rocha
Ciudad de México /

El nombre de Julio Urías ha sido sinónimo de muchas cosas buenas. Inicialmente, la palabra que lo definía era ‘prospecto’, posteriormente fue ‘promesa’ y ahora, que ha dado el salto, es ‘estrella’.

OJO MALO, BRAZO BUENO

Nacido el 12 de agosto de 1996 en Culiacán, Sinaloa, Julio César Urías Acosta nació con un tumor benigno en el ojo izquierdo, el cual intentaron remover con múltiples cirugías que lamentablemente fueron inútiles. Como consecuencia, su ojo está casi cerrado, pero afortunadamente esa condición no le impide lanzar de manera extraordinaria.

“Dios me dio un ojo izquierdo malo, pero un brazo izquierdo bueno”, fueron las célebres palabras de Julio en torno a su situación.

DEBUT DE JULIO URÍAS CON LOS DODGERS

Urías se formó en la Liga de Beisbol Infantil y Juvenil Culiacán Recursos, y ahí demostró que era más que un buen serpentinero, y por esa razón, cuando apenas tenía 16 años de edad, los Dodgers de Los Angeles decidieron darle un contrato de 450 mil dólares para asegurarlo y prepararlo de cara al futuro.

A los 16 años de edad, el 23 de mayo de 2013 debutó, como el pelotero más joven en Clase A en la Midwest League, en la sucursal de los angelinos, los Great Lakes Loons. Ese fue su primer paso como profesional, y el comienzo meteórico de su carrera.

En 2014 ascendió a Clase A+, con los Rancho Cucamonga Quakes, y su temple y calidad lo ayudaron a ser llamado al All-Star Futures Game. Ese año, Julio fue nombrado el Pitcher del Año de Ligas Menores de los Dodgers y la prestigiosa Baseball America lo colocó como el prospecto número 51 de todo el béisbol profesional.

En 2015 dio el salto y llegó hasta Doble A con los Tulsa Drillers e incluso recibió una breve oportunidad (que no fue muy afortunada) con los Oklahoma City Dodgers de Triple A. A sus 18 años, Julio era ya el 10° mejor prospecto del beisbol.

EL SALTO A LAS GRANDES LIGAS

Grandes Ligas se veía cerca y llegó antes de lo esperado, pues luego de comenzar en Triple A y mostrar ahí su calidad, Julio se convirtió en el 4° mejor prospecto del béisbol, y así, el 27 de mayo de 2016, con 19 años cumplidos Julio debutó en la Gran Carpa ante los New York Mets, convirtiéndose en el serpentinero más joven en iniciar su carrera con los Dodgers desde Rex Barney en 1943.

Aunque batalló un poco, su efectividad de 3.39 en 77 entradas retiradas convenció al mánager Dave Roberts de llamarlo para debutar en playoffs, acompañando al equipo hasta su eliminación en la Serie de Campeonato.

SU CAÍDA Y RESURGIMIENTO

Todo era alegría, pero el exceso de trabajo comenzó a cobrar factura en 2017. Por cuestiones de conveniencia contractual, Julio comenzó la temporada en Triple A, pero fue llamado al primer equipo en abril; no obstante, su brazo no lucía bien, fue enviado de regreso a Oklahoma City y ahí sufrió una lesión en el hombro que requirió cirugía y lo hizo estar fuera de actividad por el resto de esa temporada y gran parte de la siguiente.

Cuando volvió a Grandes Ligas, el 15 de septiembre de 2018, debió hacerlo con calma, pues el temor a perderlo era patente en los Dodgers. Sin embargo, y con sólo 4 innings de trabajo en la temporada, fue incluido en el roster de playoffs y se mantuvo activo hasta debutar en Serie Mundial. Tristemente, su suerte ahí, así como la de los Dodgers, no fue la mejor y los Boston Red Sox se quedaron con el título.

En 2019 el proceso de regreso continuó y fue exitoso, pues, aunque sus números no fueron los mejores (y Dodgers no pudo alcanzar el Clásico de Otoño), Julio demostró estar recuperando su fuerza y volvió a abrir juegos. Así, la estrella volvía a brillar.

En el difícil 2020, el sinaloense se ha convertido en un brazo estelar, capaz de abrir juegos o relevar en momentos complicados, como demostró en el Juego 7 de la Serie de Campeonato ante Atlanta cuando lanzó tres innings perfectos para eliminar a los Braves.

Esta temporada, otro culichi, Óliver Pérez, hizo historia al convertirse en el pelotero nacido en México con más temporadas en Grandes Ligas (18) y Julio ya hizo lo propio al establecerse como el nacido en nuestro país con más victorias en playoffs (6). Es un hecho: es un año histórico para los nacidos en Culiacán.

Con su 1.83 de estatura, 102 Kg de peso y una recta que promedia las 95 millas, un poderoso cambio a 80, curva a 78, slider a 85 y un venenoso slurve (combinación de curva y slider) que alcanza los 83, Julio tiene un repertorio de miedo, que pondrá a prueba a los bates de los Rays en la Serie Mundial.

Actualmente Julio es uno de los tres Urías que juegan en las Grandes Ligas, pero es el único de ellos que no tiene una relación sanguínea, pues mientras Ramón y Luis son dos hermanos sonorenses (curiosamente nacidos la misma fecha, pero de diferente año), Julio vio su primera luz en Culiacán.

En 2018 se convirtió en el primer culichi en toda la historia en llegar a una Serie Mundial. ¿En 2020 será el primero en coronarse?

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