Qué orgullo se siente ver a un mexicano brillar en las Grandes Ligas y más cuando encabeza alguna categoría. Hasta el viernes 18 de junio, Julio Urías, pitcher de los Dodgers de Los Ángeles, contabiliza nueve victorias, para liderar junto a Kyle Hendricks, de los Cachorros de Chicago, la Liga Nacional, mientras que Aaron Civale, de los Indios de Cleveland, con 10, está al frente en la Liga Americana.
El zurdo sinaloense acaparó los reflectores tras su gran actuación en la pasada Serie Mundial, convirtiéndose en un brazo determinante para que los Dodgers se coronaran luego de 32 años. Esa buena actuación le valió para renovar contrato con un sueldo de 3.6 millones de dólares.
Esa felicidad y estabilidad emocional Urías las ha reflejado en el centro del diamante, respondiendo a la confianza del mánager Dave Roberts, quien para esta temporada, decidió incluirlo en la rotación abridora de los angelinos al lado de Bauer, Kershaw, Buehler y May, y vaya temporada que está teniendo, con marca de 9-2 y 3.54 de carreras limpias, en 14 aperturas.
Desde luego que la campaña todavía es muy larga y después del Juego de Estrellas es cuando los buenos pitchers aprietan el brazo para mantenerse en los primeros planos y ayudar a sus equipos en la lucha por calificar a playoffs.
El sueño de las 20 victorias
Para todo lanzador abridor, lograr o superar las 20 victorias es el gran reto, aunque muy pocos llegan a la meta. En el caso de los mexicanos, únicamente tres han alcanzado ese objetivo: Fernando Valenzuela y Teodoro Higuera en 1986, y Esteban Loaiza en 2003.
El Toro de Etchohuaquila ganó 21 partidos y el zurdo de los Cerveceros 20, mientras que Esteban Loaiza, 17 años después, se unió a esta selecta lista cuando contabilizó 21 éxitos con los Medias Blancas de Chicago.
En este 2021, Urías lleva paso para conseguir las dos decenas de victorias. El orgullo de La Higuerita, Sinaloa, ha comenzado a tambor batiente, por lo que no es descabellado soñar con esa posibilidad.
“(Las victorias) son un logro en lo personal, pero eso se deja a un lado cuando sales a la loma. Al final del juego, te das cuenta (de las estadísticas), pero lo principal siempre es que el equipo gane”, compartió el zurdo de 24 años hace unos días. Mi mentalidad es tratar de llegar lejos en el juego y darle ese granito de arena al mánager y, obviamente, tratar de llegar lejos para que el bullpen trabaje lo menos posible”, agregó.
Odiosas comparaciones
Fernando Valenzuela tuvo su mejor temporada, estadísticamente hablando en 1986, cuando registró marca de 21-11, y ¡20 juegos completos!, estadística que hoy en día prácticamente no existe.
Ese año, luego de 14 partidos, el Toro acumulaba foja de 9-4, con 2.79 de efectividad y 116 entradas de trabajo, lo que demostraba su durabilidad en el montículo y la confianza que siempre le tuvo Tom Lasorda. Ese buen paso, le valió al mexicano ser convocado al Juego de Estrellas, sin embargo, no fue el abridor del partido, pues ese honor le correspondió a Dwight Gooden.
Esa misma temporada, Teodoro Higuera también sacó la cara y se mantuvo codo a codo con Fernando en la carrera sobre quién de los dos llegaría primero a la cifra mágica, y el jugador de los Dodgers lo hizo antes, con apenas cinco seis días de diferencia. Teddy, como lo conocían en Milwaukee, terminó con marca de 20-11, y también estuvo en el All-Star, pero tampoco como abridor.
En tanto, la temporada de 2003 fue extraordinaria apara Esteban Loaiza, quien encabezó la rotación de los Medias Blancas de Chicago. El derecho, hoy envuelto en muchos problemas extra cancha, inició a tambor batiente el certamen ganando sus cinco primeras salidas, y después de 14 duelos tenía marca de 9-2, igual que Urías, con una gran efectividad de 2.24. Al final del certamen, ganó sus últimos dos juegos para terminar con 21-9 e igualar a Valenzuela como los mexicanos con más triunfos en una temporada y también como los únicos de nuestros compatriotas en abrir un Juego de Estrellas.
En lo que va de esta campaña, Julio Urías luce muy consistente en la lomita, y el mánager Roberts lo ha cuidado, sin forzarlo a pasar de los 100 lanzamientos en cada partido. Ojalá mantenga esa buena inercia y a final de temporada lo veamos con doble dígito en el casillero de las victorias. Por lo pronto, es el candidato más sólido para abrir el Juego de Estrellas por la Liga Nacional, el próximo 13 de julio, en Denver.