En el juego entre los Marlins de Miami y los Mets de Nueva York, los peloteros llegaron a saltar a la cancha con sus uniformes y a colocarse en sus posiciones para comenzar a jugar.
En lugar de hacerlo, y sin anunciar previamente sus planes, realizaron un acto de protesta para sumarse a las movilizaciones contra el último ataque policial contra un hombre afroestadounidense, Jacob Blake.
Los jugadores salieron del banquillo, se colocaron en fila y, con la gorra retirada, permanecieron en silencio 42 segundos.
El gesto fue realizado en la víspera del Día de Jackie Robinson, primer beisbolista afroestadounidense en ser aceptado en las Grandes Ligas y que lució el número 42 en su camiseta.
El jardinero Dominic Smith encabezó a sus compañeros de los Mets en la entrada y salida del campo, donde fue colocada una camiseta negra con el lema Black Lives Matter (La vida de las personas negras importa).