¡El día que todo comenzó! Así fue como Mike Brito descubrió a Fernando Valenzuela

En 2010, el scout cubano recordó cuando fue a Mérida para seguir al campocorto Ali Uscanga, pero fue el Toro quien lo convenció con su juego; contó su primer encuentro y cómo casi no firmó con ellos

Así fue como Mike Brito descubrió a Fernando Valenzuela (Imago7)
Ciudad de México /

Mike Brito, el hombre que descubrió a Fernando Valenzuela, murió a los 87 años. El famoso scout dejó este mundo, pero dejó un nombre que siempre perdurará en el beisbol.

El descubrir al Toro de Etchohuaquila y a otros peloteros de renombre es parte del legado que dejó, pero siempre valdrá la pena analizar cómo fue que descubrió al pitcher mexicano, quien marcó época en el beisbol y hoy es sinónimo de una de las épocas doradas del Rey de los Deportes en Estados Unidos.

Mexicanos, un deseo del dueño

Walter O’Malley, quien fuera dueño de los Dodgers de Los Ángeles entre 1950 y 1979, fue conocido como un hombre visionario en el beisbol. Después de todo, él fue quien pidió a Jackie Robinson y lo trajo a los Dodgers de Brooklyn, convirtiéndose en el primer pelotero de color en Grandes Ligas. Pero siempre fue más allá: también quería un mexicano para atraer a las masas a su estadio.

Y les urgía conectar con la comunidad hispana, que no se sentía a gusto con el equipo debido a que muchos mexicanos perdieron sus hogares en Chavez Ravine, en donde se construyó el Dodger Stadium. “El señor Walter O’Malley me dijo: ‘Al, ¿crees que sea posible conseguir a un buen jugador de México? Hay muchos hispanohablantes aquí y sería beneficioso que alguien de los suyos jugara en nuestro equipo”, dijo Al Campanis, gerente general de los Dodgers, en el documental Fernando Nation.

Fue así que en 1979 Mike Brito fue a México, más precisamente a Mérida, con la encomienda de buscar un campocorto que cumpliera con los deseos del señor O’Malley y Campanis. Pero mientras analizaba a Al Uscanga, de los Cafeteros de Córdoba se percató de que había un serpentinero adolescente de Leones de Yucatán que estaba ponchando a todo el equipo. Ese joven de 16 años era Fernando Valenzuela.

No me gustó para nada el campocorto, no me impresionó en lo más mínimo, pero había un pitcher zurdo en el equipo rival del campocorto”, rememoró Brito en el documental que ESPN lanzó en 2010, como parte de su serie 30 for 30. “Tuvo bases llenas sin outs dos veces y ponchó a todos los bateadores dos veces”.

El scout cubano quedó maravillado con esa demostración en el plato. Fue así que dejó de evaluar a Uscanga y se dedicó a seguir de cerca el desempeño de Valenzuela. “Que un pitcher de tan corta edad demuestre esa desenvoltura es algo que los cazatalentos siempre notamos. Entonces me olvidé de ese campocorto y me puse justo detrás del home para ver lanzar a este muchacho”.

Casi no firman a Fernando

Pero el descubrirlo fue solo el comienzo. Normalmente se habla de cómo fue que lo descubrió, pero no de la primera vez que cruzaron palabras. Esa es una historia que vale la pena conocer.

“Le dije: me llamo Mike Brito y soy cazatalentos de los Dodgers de Los Ángeles”, se presentó a Valenzuela, quien siguió en lo suyo. “A él no le importó… A ver, yo pensé: ¿y este tipo quién se cree que es?”. Fernando explicó que él normalmente se concentraba en su juego para estar en un gran nivel. Brito lo entendió.

“Le pregunté si se veía en un futuro pichando en Grandes Ligas. ‘Oh, seguro’, me respondió, que siempre que le dieran la oportunidad. Yo le dije que tendría la oportunidad”, relató Brito en el documental. “Entonces, salí corriendo y le dije al jefe que creíamos haber encontrado al pitcher mexicano que necesitábamos en Los Ángeles. Quizás sería el próximo Sandy Koufax”.

Incluso estuvieron a punto de quedarse sin Fernando, debido a que le ofrecieron 125 mil dólares, el trato se había cerrado, pero al día siguiente, antes de firmar, Fernando le pidió a Al Campanis 50 mil dólares más.

“Campanis se enojó muchísimo y me dijo: ‘Mike, no quiero saber nada de él’ y que nos olvidáramos de Valenzuela. ¿Qué íbamos a hacer ahora? No podíamos perder a ese muchacho. Los dos estábamos encantados con él”.

Así que Brito tuvo que hablar con el gerente general y convencerlo de que ese era el pelotero que necesitaban. Al final accedió. “Conversé con Campanis y me dijo que avanzáramos (con las negociaciones), que llamara al tipo para que cerráramos el trato, pero que no quería ninguna exigencia después de eso”.

Lo interesante de todo es que los Yankees de Nueva York le ofrecieron 150 mil dólares a Valenzuela, pero eso sucedió justo después de que Brito enviara el fax. “De habernos tomado unos minutos más, la historia sería otra”, recordó Brito en dicha plática que dio hace más de 10 años.

O’Malley murió en 1979 y no pudo ver lanzar a Valenzuela en 1981. Pero no se equivocó. Mike Brito tampoco. Ese fue el comienzo de la Fernandomanía, de una de las épocas más importantes del deporte mexicano.

MGC

  • Michel Cruz
  • oswaldo.cruz@milenio.com
  • Reportero en La Afición desde 2016. Egresado de la Licenciatura en Comunicación y Periodismo en la FES Aragón, UNAM.

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