Casi un siglo ha transcurrido desde que dos novenas protagonizaron un récord de marcador en las Grandes Ligas que ha sido imposible superar
Los grandes protagonistas de este capítulo histórico en la MLB aquel 25 de agosto de 1922 fueron los Cubs de Chicago y los Phillies de Filadelfia de la Liga Nacional. A casi un siglo del 26-23 en el aquel entonces llamado Cubs Park, recordamos como se lograron 49 carreras y 51 hits en las tradicionales nueve entradas del deporte. Lo que hace más sorprendente el resultado es el hecho de que no hubo un empate que ocasionara la extensión del juego ni remontadas.
En el contexto los Phillies empacaron rumbo a la ciudad de los vientos con una marca hasta el momento en dicha temporada de 40-71 a diferencia de unos Cubs con récord de 66-53, que eran claros favoritos. Los locales empezaron abriendo la pizarra con una carrera en la primera entrada, pero tomaron ventaja con las 10 que consiguieron en la segunda y 14 en la cuarta. Cuando parecía que todo estaba perdido para los Phillies, la novena visitante decidió aportar más al espectáculo con 8 y 6 carreras en las últimas dos entradas. Eso sí, a pesar de perder el espectacular duelo lograron hacer 26 home runs, uno más que los Cubs.
Tony Kaufman fue el pitcher estelar para el equipo ganador y Jimmy Ring el del equipo perdedor en una batalla de tres horas un minuto en la que se puede asegurar que hubo mal pitcheo debido al alto puntaje y que por lo mismo será casi imposible de ver repetirse. Por lo menos los 7 mil aficionados aquel día disfrutaron de un histórico espectáculo, reportes del Chicago Tribune indican que se escuchaba a algunos en tono de burla implorar por un touchdown o gritarles a los jugadores que anotaran otra canasta. Los más curioso es que los mismos equipos protagonizaron el segundo juego con mayor puntaje en la historia en 1979 con una revancha de los Phillies por 23-22 ante los Cubs.