Hace un año, la euforia se enfocó en los parques de pelota. Toda la emoción y el ánimo fue hacia la selección mexicana que terminó tercera en el Clásico Mundial de Beisbol… sobre todo, en una figura que ya era conocida entre el grupo de aficionados de hueso colorado en el Rey de los Deportes, pero que se popularizó entre el público en general.
La imagen de sus brazos cruzados, la mirada desafiante, los sombreros, las botas y sus atrapadas, fueron la sensación de los fans. Randy Arozarena fue protagonista en el Clásico Mundial de Beisbol, donde formó parte del equipo ideal con sus actuaciones y algunas de las mejores atrapadas en la competencia internacional, como ante Puerto Rico y otra frente a Japón en la semifinal, justo cuando se encendió la ilusión de jugar una final.
Ante los nipones (posteriores campeones del clásico), el outfielder cubano-mexicano finalizó con un doble en tres turnos, anotó una carrera y fue un gran fildeador que dejó en claro que 2023 fue su año de consagración, uno para volverse en el nuevo rostro del beisbol nacional y firmar una actuación memorable en el torneo, pese a caer por 6-5 ante el equipo de Shohei Ohtani.
Ya sea por medio de los televisores, en el Marlins Park o en dispositivos móviles, todos estuvieron pendientes de lo que hacía el equipo que tenía en Benjamín Gil a su mánager. En el cuarto inning contra Japón, Luis Urías adelantó a los tricolores con un cuadrangular productor de tres carreras, pero Masataka Yoshida lo empató con el jonrón en el séptimo episodio.
Un doble de Alex Verdugo y un imparable de Isaac Paredes en el octavo acto ayudaron en la ilusión, hasta que el elevado de Hotaka Yamakawa y el doble de Munetaka Murakami fueron los que finalizaron con el sueño.
Pero sus números fueron sorprendentes, al batear para .500 en la ronda regular, con siete hits, de los cuales fueron dos bases y un cuadrangular, seis carreras anotadas y nueve producidas.
El héroe que se popularizó
En 2015, cuando Randy tenía 20 años, dejó Cuba y se dirigió a Isla Mujeres, en México. De ahí pasó a Mérida y comenzó a jugar pelota invernal, tras un par de años con los Vegueros de Pinar del Río, quedándose cerca de jugar la Serie del Caribe en Puerto Rico.
De ahí pasó a jugar con Toros de Tijuana en la Liga Mexicana de Beisbol y con los Mayos de Navojoa en la Liga Mexicana del Pacífico, hasta que firmó en 2016 con St. Louis Cardinals. Su presentación en la Gran Carpa se dio en 2019 ante Kansas City Royals.
Para 2020 se dio su desarrollo como pelotero ligamayorista, al ser cambiado a Tampa Bay Rays y ser el MVP de la Serie de Campeonato de la Liga Americana, además de caer ante Los Angeles Dodgers en la Serie Mundial de ese año.
Fue precisamente al llegar a México que se enamoró del país y comenzó su solicitud en febrero de 2021 para conseguir la nacionalidad, al punto de que solicitó al presidente Andrés Manuel López Obrador el apoyo necesario: “Que me den la nacionalidad. Que me haga ese favor para representar a México en el Clásico Mundial. Eso es lo único que quiero”.
Para abril de 2022, Arozarena cumplió con los requisitos y se volvió mexicano de forma oficial. “Me hice ciudadano mexicano, gracias a Dios. Ya soy uno de ellos”.
ZZM