Tras meses de litigio legal y a menos de un día de que el campeón inglés del WBC, Tyson Fury, revelara que estaba lista la pelea de unificación con su compatriota Anthony Joshua la pelea se desmoronó gracias al estadunidense Deontay Wilder.
Un juez de arbitraje mundial decretó que Fury está obligado a enfrentar a Deontay Wilder por tercera ocasión. En una pelea que tendrá que darse antes del 15 de septiembre de este año.
Fury ha enfrentado en dos ocasiones a Wilder. La primera se dio en 2018 y tras 12 rounds salieron de ahí con un empate. La revancha llegó dos años después en una velada memorable donde el Gypsy King le arrebató al estadunidense la corona del Consejo Mundial de Boxeo.
El promotor estadunidense Bob Arum aseguró que no recurrirán al recurso de acordar una extensión con Wilder con la tarifa monetaria que eso implica, generando que la pelea ante Joshua quede congelada por un tiempo.
"No le estamos pagando a Wilder para que se haga a un lado. Es mejor deshacerse de él y seguir con nuestros asuntos. Podemos hacer que Fury-Joshua peleen en noviembre o diciembre", dijo Arum a ESPN.
Arum reveló que dada la situación reservó el Estadio Allegiant en Las Vegas para una pelea Fury-Wilder el 24 de julio.
Wilder tenía un contrato firmado para obtener la oportunidad de recuperar la corona mundial, sin embargo luego de no llegar a un acuerdo expiró ese acuerdo. Al no obtener la respuesta esperada el estadunidense recurrió a una corte internacional para hacer valer su posición. Esta batalla legal atrasó – en un inicio - el anuncio oficial de la pelea de unificación con Joshua.
ZZM