Hace 40 años una llamada telefónica alertó a José Sulaiman – presidente del Consejo Mundial de Boxeo – que algo podría haberle pasado al campeón pluma, Salvador Sánchez, pero sin internet y sin celulares se confirmó unas horas más tardes que había fallecido en un accidente automovilístico.
Con solo 23 años de edad, el peleador viajaba a las tres de la mañana en la carretera rumbo a Querétaro en su Porsche 928 color blanco a más de 200 kilómetros por hora. Regresaba a su campo de entrenamiento en San José Iturbide en Guanajuato, pero al intentar rebasar en una carretera ida y vuelta se encontró de frente con un tráiler torton color rojo.
“Todos recordamos esa mañana triste. Me acuerdo muy bien la llamada, estábamos en casa con mi mamá y fue algo verdaderamente triste e impactante. Había muerto Sal Sánchez. Al día de hoy su legado, su recuerdo sigue muy presente y aún hoy sigue considerándose como uno de los grandes de la historia”, recordó para La Afición, Mauricio Sulaiman, presidente del Consejo Mundial de Boxeo.
Sal venía de haberle ganado al peligroso boricua Wilfredo Gómez, al sudafricano Azumah Nelson y ante él tenía un panorama por completo prometedor pero ahora solo queda ese gran legado que logró forjar en apenas 7 años con un total de 44 triunfos, 32 de ellos por KO, una derrota y un empate.
“Salvador Sánchez siempre fue reconocido por estar bien preparado para las peleas, su característica es que nunca abría la boca porque siempre estaba súper bien preparado, nunca tuvo un escándalo, fue muy amable y tímido, entregado. Hombre de familia. Fue una tragedia lo que sucedió, pero el hecho de que estemos hablando de él, que se le recuerde año tras año y que su nombre esté entre los mejores históricos de la división, habla por si solo”, abundó.
Cada año, encabezados por Sulio Sánchez el hermano de Salvador, la familia se reúne en Santiago Tianguistenco para recordar no solo al peleador Salvador Sánchez, también al hijo de familia que perdió la vida de manera tan trágica.
Hoy es un día de fiesta en la pequeña localidad del Estado de México, pues con una misa en la Catedral, una visita al panteón, una función de boxeo amateur y una comida se recuerda al que se pensó podría llegar a ser el mejor boxeador mexicano de todos los tiempos.
EM